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Santuario para Ferrari

Japón es un país fascinante empapado de tradición, aunque famoso por su apertura a la innovación. Así pues, qué mejor que llevar un trío de revolucionarios modelos Purosangue a un largo viaje por carretera…
Texto: Jun Nishikawa / Fotos: Eric Micotto / Vídeo: Oliver McIntyre

Desde la prehistoria, muchos pueblos han llegado a Japón cruzando mares e islas. No solo de China: también procedían de mucho más al oeste, de Mesopotamia y de Egipto. Como más allá de Japón solo existía el vasto océano Pacífico, los que llegaban discernían lo que debía conservarse y lo que debía desecharse, seleccionaban cuidadosamente y vivían en consecuencia.

Arriba: mira algunos de los aspectos más destacados de la gira por Japón del Ferrari Purosangue…

El carácter 和 (wa) es el que mejor expresa el espíritu del pueblo japonés. Además de significar «suave» y «no conflictivo», también significa «armonizar» o «poner de acuerdo». 倭 (wa) era también el antiguo nombre de Japón, utilizado por las dinastías chinas.

Las cosas y los conceptos que se han seleccionado y combinado cuidadosamente se cambian cuando así lo exigen los tiempos y se conservan cuando hay que conservarlos. A partir de este proceso, algunas cosas que nacieron y alcanzaron su cima se transmiten hasta nuestros días como una especie de «linaje puro». Puede decirse que la historia y la tradición, la cultura y la civilización japonesas son una acumulación de este proceso.

Este verano se organizó un viaje de prensa para que los periodistas redescubrieran la historia, la cultura y la actualidad de Japón a bordo de tres Ferrari Purosangue que recorrieron el país. Con una duración de cuatro días y una ruta aproximada de 1000 km, comenzó en Kioto, la antigua capital cuya historia se remonta 1300 años atrás, y continuó por Kanazawa, Shirakawa-go, Matsumoto, los Cinco Lagos de Fuji, Hakone, Yokohama y, por último, Tokio.

Arriba, de izquierda a derecha: un Purosangue aparcado en el santuario de Suwa; una visita al antiguo pueblo de Shirakawa-go, reconocido como Patrimonio de la Humanidad; el fascinante viaje continúa

El primer día, en el punto de partida de Kioto los participantes visitaron a un fabricante de botes de té que lleva 150 años en el mercado y conocieron la práctica de crear productos pensando en el usuario. Aunque son capaces de reparar botes de té que se vendían hace más de 100 años, también fabrican productos nuevos, como botes para café en grano.

En Kanazawa, visitaron una mansión y un jardín con más de 150 años de historia, utilizados ahora como «ryokan» (posada tradicional japonesa) que sirve comidas. Aquí, los visitantes conocieron la sabiduría sostenible y el ingenio de preservar el patrimonio histórico no solo manteniendo su estado original, sino conservándolo vivo y relevante en la actualidad.

Día 2: Shirakawa-go, pueblo declarado Patrimonio de la Humanidad, estaba repleto de turistas de todo el mundo, y ofrecía vistas de paisajes «satoyama», considerados la quintaesencia de Japón. 

Tras pasar por el castillo de Matsumoto, un tesoro nacional con más de cuatro siglos de historia, la excursión llegó a Tobira Onsen, en el parque nacional de Yatsugatake. Este es uno de los lugares del país asociados a «Ama-no-Iwato», la leyenda que cuenta la historia de los orígenes de Japón.

Arriba: el trío de Ferrari recorre la ruta desde el lago Biwa hasta Tsuruga, un importante vínculo entre las antiguas capitales japonesas de Nara y Kioto y el resto del país

Día 3: Desde la ruta panorámica «Venus Line», el trío de conductores pudo contemplar a lo lejos el magnífico paisaje del monte Fuji, la montaña más sagrada de Japón. La ruta de todo el día en coche arribó a este punto de referencia geográfico divino que alberga leyendas de inmortalidad. En el santuario Suwa Taisha, abrazado a su vez por otra montaña divina, el monte Moriya, los conductores realizaron una oración por la seguridad vial, no solo de los periodistas participantes, sino también de sus vehículos.

Cruzando un empinado puerto de montaña desde la cuenca de Kofu, la excursión llegó al lago Kawaguchi. En la ladera de Yamanashi del monte Fuji, declarado Patrimonio de la Humanidad, hay un quinteto de lagos que se conocen como los Cinco Lagos de Fuji. Desde cualquiera de estos lagos se puede disfrutar de una vista majestuosa del elegante monte Fuji.

Hakone es una de las principales zonas termales de Japón, estrechamente relacionada con la actividad volcánica del monte Fuji. Alrededor del lago Ashinoko, el enorme lago de la caldera del monte Hakone, se extienden varias ciudades termales, por lo que también es una zona popular para casas de vacaciones.


Arriba: frente al encantador horizonte del monte Fuji, el trío posa al final de un exigente viaje que había demostrado toda la potencia y comodidad del Ferrari Purosangue de cuatro puertas y cuatro asientos

Día 4: Saliendo del hotel a primera hora de la mañana, la excursión se dirigió por la ruta panorámica «Ashinoko Skyline» al monte Daikan, que ofrecía hermosas vistas tanto del monte Fuji como del lago Ashinoko. La carretera de circunvalación de Hakone, que va desde la cima de la montaña hasta la ciudad de Odawara, ofrece una de los mejores trayectos por carreteras sinuosas que se pueden encontrar en Japón, y los periodistas se deleitaron con las altas prestaciones del Purosangue. 

Recorriendo la costa de Shonan, la excursión se dirigió hacia la zona de aparcamiento de Daikoku, que se ha convertido en un nuevo centro de la cultura automovilística japonesa. Desde allí, utilizaron la autopista metropolitana para llegar a Tokio, la capital. Los periodistas disfrutaron la experiencia al volante mientras contemplaban Akihabara, la estación de Tokio y el Palacio Imperial, con una modernidad urbana en expansión que contrastaba drásticamente con los paisajes naturales e históricos que habían atravesado durante los maravillosos días anteriores en su Ferrari Purosangue.

Imagen de portada: el Ferrari Purosangue aparcado en el Santuario de Suwa, uno de los más antiguos de Japón, enclavado en la base del monte Moriya

29 ottobre, 2024