Los expertos de Tailor Made de Maranello se inspiran en un zafiro azul brillante para producir un 812 GTS completamente personalizado que provocó lágrimas de alegría
Emma Hague todavía recuerda su primer flechazo. Tenía solo diecisiete años y se enamoró perdidamente de un italiano de rasgos marcados. Un F40, para ser precisos.
«Vino a casa un muy buen amigo de mi padre. Se acababa de comprar un flamante Ferrari y me llevó a dar una vuelta», rememora con ojos brillantes. «Lo mejor fue que, al volver, me dejó conducirlo por el camino de entrada a casa.
El recuerdo de aquel Ferrari F40 cuneiforme le ilumina la cara aún hoy mientras admite que, a partir de aquel momento, se sintió «total y absolutamente cautivada» por la idea de tener un Ferrari.
Una recomendación de su concesionario Ferrari local llevó a Emma a Tailor Made y a Maranello, donde pudo describir el coche de sus sueños a los expertos
Y, con su gran éxito en una firma especializada de análisis de datos para el sector de la salud, logró consumar su pasión por Ferrari en 2014, año en que compró un 458 Italia. Después, cuando su concesionario local de Ferrari le recomendó Tailor Made, ella escuchó, se interesó, pero quiso esperar a que llegara el coche adecuado: «Tenía que ser algo impresionante». Cuando salió el 812 GTS, se decidió: «¡Sí! ¡Ese es el coche!».
Sentada en un pueblo típicamente inglés del hermosísimo condado de Devon, en lo más profundo del corazón del bucólico «Westcountry» de Inglaterra, recuerda vívidamente su visita a Maranello.
«Cuando entré en el departamento de Tailor Made, estaba total y absolutamente abrumada», reconoce con una amplia sonrisa. Era la primera vez que se acercaba a un 812 GTS, que por aquel entonces aún no se había lanzado oficialmente en el Reino Unido.
Si bien el color exterior coincidía estrechamente con el azul de uno de los zafiros preciados de Emma, el interior es una combinación cuidadosa de algunos de sus tonos favoritos
La gran cantidad de tonos de carrocería disponibles en Tailor Made la dejó admirada. Ese mismo día consiguieron hacer coincidir su querido anillo con un azul concreto que ahora lleva su nombre, agrega con orgullo, quizá con un leve y recatado rubor.
Emma no llevaba ningún «tema» en mente, pero «sabía lo que quería porque el 812 GTS es un automóvil muy clásico y muy hermoso», afirma entusiasmada. «Quería agregar detalles muy pequeños y elegantes. Siempre me han encantado la piel de Poltrona Frau y la cachemira de Loro Piana».
Este uso desacostumbrado de la cachemira consiste en una tira de lana gris que traza el borde de los asientos y baja por el túnel central. «Lo asemejaría a un traje de noche con una bella raya diplomática de tela diferente a ambos lados».
Sus tonos favoritos —gris, azul y rojo— dominan el interior. Para los asientos de piel de Poltrona Frau, eligió una «especie de rojo Amarone» inusual. El rojo también aparece en el dial central de un salpicadero tapizado en piel.
«El rojo, el azul marino y el gris son colores que combinan muy bien. Y son los que suelo ponerme, tanto en invierno como en verano», asegura. A juego, los reposacabezas rojos llevan el símbolo del Cavallino Rampante cosido a mano en gris.
Emma se conmovió hasta las lágrimas al ver finalmente su exclusivo Cavallino Rampante, y lo describió como «Un coche... magnífico»
«No tengo conocimientos de diseño», confiesa. «Solo sé lo que me gusta». De hecho, en un gesto muy personal, esta amante de los coches, «en el fondo solo una chica de campo», optó por colocar insignias del Cavallino Rampante «en la rejilla delantera y en la parte trasera del maletero» no en la versión «pulida» más habitual, sino en acabado mate. También el cromado del interior del coche es mate, incluidas las salidas de aire. El resultado es un «efecto satinado, como un aluminio cepillado», explica.
¿Quedó satisfecha con el resultado final de su aventura en Tailor Made? «Desde luego, fue mucho mejor de lo que había imaginado», exclama esbozando una amplia y generosa sonrisa al evocar el emotivo día en que recogió el 812 GTS en el concesionario de Exeter. «Se me saltaban las lágrimas», recuerda. «No podía creer lo bonito que era. Me emocioné mucho solo por lo magnífico que es el coche», declara sacudiendo lentamente la cabeza. «Un coche... magnífico».
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