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De piloto de F1 de Ferrari a artista a tiempo completo: así es como el pintor Stefan Johansson se inspira en su carrera automovilística
Texto: Ben Barry

Han pasado 40 años desde que Stefan Johansson debutara en un monoplaza Ferrari de Fórmula 1. Cuatro décadas después, este sueco de 68 años recuerda perfectamente cómo estuvo a punto de ganar, por segunda vez, en Ímola, en 1985 —pero, a causa de un problema de combustible, se le vació el depósito de su 156-85 llegando a la meta— y cómo, en la temporada siguiente, se impuso a su compañero de equipo Michele Alboreto al volante del Ferrari F1-86.

Sin embargo, la carrera de Johansson hacia el éxito no fue nada fácil. Hizo dos carreras difíciles para el equipo Shadow en 1980 y lo pagó corriendo en F2 y en coches deportivos del Grupo C antes de poder regresar a la F1 con Spirit-Honda, en 1983. Incluso entonces, su trayectoria estuvo marcada por altibajos: al año siguiente, se dedicó a sustituir a los pilotos Martin Brundle y Johnny Cecotto, que estaban, lesionados, en Tyrrell y Toleman, respectivamente.

Entonces, Marco Piccinini, director del equipo Ferrari, lo llamó. El piloto de la Scuderia, René Arnoux, había sido despedido tras la primera carrera de 1985 disputada en Brasil, y Johansson fue invitado a reunirse con Enzo Ferrari en la antigua fábrica de Módena.

«Recuerdo caminar por esos pasillos viendo las fotos de Fangio y Nuvolari en las paredes y que se me iba poniendo la piel de gallina», sonríe. Enzo le preguntó si tenía hambre. «Me imaginé que no me estaba preguntando si quería comer algo, así que le respondí: "¡Nunca he tenido tanta hambre en mi vida!"», se ríe el sueco.


Johansson conduce el F1-86 en los entrenamientos del GP de Brasil de Fórmula 1 de 1986

Johansson pilotó el 156-85 durante toda la temporada de 1985, excepto en la primera carrera. Su cometido principal era apoyar a Michele Alboreto, piloto principal del equipo. Ese año estuvo a punto de conseguir la victoria en Ímola y logró resultados notables en Canadá y Detroit. En el campeonato de 1985, Johansson terminó en séptima posición, mientras que Alboreto logró el segundo puesto, detrás de Alain Prost.

En 1986, las cosas cambiaron para Johansson que pilotó el nuevo F1-86 y consiguió una quinta posición en la clasificación general, por delante de Alboreto, que quedó noveno. Pero ninguno de los dos coches cumplió realmente las expectativas de Ferrari.

La trágica muerte de Elio de Angelis en Paul Ricard en mayo de ese año marcó un antes y un después, ya que sirvió de inspiración para la inesperada segunda carrera de Johansson: la de un artista a tiempo completo.


El ex piloto de Ferrari Stefan Johansson pinta ahora en una variedad de estilos, desde retratos hiperrealistas de figuras famosas hasta obras altamente abstractas inspiradas en sus días en la F1

«La muerte de Elio fue un duro golpe para mí, era la primera vez que perdía a un amigo realmente cercano», reflexiona Johansson mientras recorremos su atelier de Los Ángeles. «Me impulsó a comprar pintura y lienzos,  y pintar se convirtió casi en una terapia.»

Johansson pintó su primer cuadro con 29 años y, ahora, reconoce que era «absolutamente terrible», pero fue perfeccionando la técnica, mientras seguía con su carrera profesional de piloto, llegando incluso a pedir consejo a su amigo James Rosenquist, un renombrado artista pop.

Hoy en día, Johansson tiene tres estilos principales. El primero lo describe como «muy figurativo, muy detallado, casi hiperrealista, con pinturas que son, en su mayoría, retratos con texto superpuesto, donde la cita es más importante que la persona».

El segundo, «Recuerdos de una vida pasada», presenta el color que emerge desde un punto central, como el punto focal de un piloto de carreras y su visión periférica borrosa que se vuelve abstracta.


Johansson posa junto al 156-85 cuando se unió a la Scuderia en 1985, reemplazando a René Arnoux

Más recientemente, inspirado en el artista neoimpresionista Georges Seurat, Johansson ha explorado el puntillismo urbano, utilizando puntos de color para transmitir «la energía y la intensidad del movimiento de un coche». Ahora, es su línea de mayor venta, con originales en óleo y acrílico, así como reproducciones impresas, disponibles online.

«Todo el mundo me decía 'tienes que pintar coches', pero me he pasado toda la vida rodeado de coches. Ahora, estoy intentando hacer algo diferente y es que hay cientos, si no miles, de personas con talento que se pasan el día pintando coches», nos dice. «Quería encontrar la manera de hacer algo único».

Obviamente, la historia de Ferrari en la Fórmula Uno se entreteje como un hilo a través de la impresionante colección artística de Johansson: todo está plasmado en el lienzo, desde su Ferrari F1-86 hasta el 643 que pilotó Prost en 1991 y el SF-24 de Charles Leclerc.

Curiosamente, no hay ningún cuadro de Elio de Angelis, pero quién sabe, tal vez podría ser un bonito homenaje para conmemorar el 40º aniversario de su fallecimiento el año que viene.