Texto: Chris Rees
Muchos Ferrari llevan años cumpliendo la función de safety cars, esos héroes anónimos que suelen pasar desapercibidos en las competiciones automovilísticas
En toda competición automovilística hay un coche que desempeña un papel esencial, pero rara vez se reconoce su mérito. Suele encabezar la carrera, y sin embargo apenas se le menciona ni aparece jamás en la clasificación final. Naturalmente, hablamos del safety car, o coche de seguridad. Este vehículo se encarga de intervenir durante la carrera si esta ha de ralentizarse a causa de algún incidente, velando así por la seguridad de los participantes. No obstante, es necesario que los safety cars sean rápidos, ya que deben circular a velocidades lo suficientemente elevadas como para que los coches que compiten puedan aprovechar la eficiencia de sus componentes perfectamente calibrados en un ‘rango’ muy preciso.
¿Y qué otro coche podría desempeñar estas funciones mejor que un Ferrari? Potentes y de alto rendimiento, los vehículos de carretera de Ferrari constituyen la elección perfecta. ¿De verdad son tan potentes? Efectivamente: el motor del safety car 488 GTB, que se utiliza actualmente en el campeonato Ferrari Challenge, tiene una potencia mayor que la de cualquier otro coche de seguridad en la historia de la Fórmula 1. Uno de los safety cars más célebres fue el Ferrari 348 TB, que se convirtió en un elemento icónico de los circuitos de carreras italianos. Fue Gerhard Berger, el piloto austríaco de Fórmula 1, quien donó el 348 TB como muestra de agradecimiento a los servicios de rescate tras un accidente ocurrido en el Gran Premio de San Marino en Imola, en el año 1989, cuando se encontraba al volante de su vehículo Ferrari F1. Con un mérito considerable, el 348 TB estuvo ejerciendo su papel de safety car hasta el año 2013, en el Gran Premio de Fórmula 1 que se celebra en el circuito de Monza.
Apenas existen vehículos que se hayan diseñado específicamente como safety cars, pero la excepción de la regla es el Ferrari Mondial PPG Pace Car, que se fabricó para las 500 Millas de Indianápolis en Estados Unidos, a finales de los años 80. Este Ferrari único supervisó docenas de eventos de IndyCar World Series en EE. UU. y también desempeñó su papel en varias pistas europeas en la década de los 90. A lo largo de sus 25 años de existencia, la presencia de <em>safety cars </em>de Ferrari en el campeonato monomarca Ferrari Challenge se ha convertido en una imagen cotidiana. En esta competición se han utilizado numerosos modelos de Ferrari como coches de seguridad, desde el F430 hasta el 458 Italia. Este último llegó a supervisar carreras muy lejos de su Italia natal, en lugares como el circuito Infineon Raceway (California), o en Singapur, en una actividad paralela del Gran Premio de Fórmula 1.
El Ferrari California también ha sido safety car en numerosas ocasiones, entre las que destaca el estado americano que le da nombre, donde participó como coche de seguridad en el célebre circuito de Laguna Seca en California, por ejemplo. Además, el Ferrari FF y el modelo GTC4Lusso, con sus respectivos sistemas de tracción integral, han constituido la elección perfecta para la supervisión de numerosas carreras. En 2016, el 488 GTB debutó como safety car de Ferrari Challenge, justo un año antes de que el 488 se convirtiera en el modelo que serviría de base para los vehículos de carreras Challenge. De hecho, aún hoy sigue siendo la primera opción de coche de seguridad en el campeonato Challenge. No obstante, quizá el safety car más extraordinario de Ferrari fue el que apareció en el circuito de Goodwood (Reino Unido) con motivo del 72.º encuentro de sus miembros, en el año 2014, cuando los vehículos que abrían las carreras eran modelos F40 de Ferrari... ¡y nada menos que dos!