El 812 Competizione, la serie limitada más reciente de Ferrari, se sitúa en la intersección entre los coches deportivos de carretera de Maranello y el inigualable pedigrí de competición de la marca, desarrollado durante las siete últimas décadas de éxitos en los circuitos de todo el mundo.
Tras su presentación en el famoso circuito de Fiorano y el debut norteamericano del coche en Indianápolis, era necesario un encuentro más privado. Aquí es donde interviene el Palmer Motorsports Park. Trazado en la cima de una colina en los bosques de Massachusetts, el circuito Palmer es un retorno a una época pasada de las pistas de carreras a pesar de haberse construido en 2015.
El 812 Competizione no es una mera evolución del 812 Superfast, sino que es, en muchos sentidos, un concepto completamente nuevo
Sus 3,7 kilómetros se extienden a lo largo de catorce curvas que se elevan y descienden casi 60 metros en el transcurso de una vuelta. Las pruebas de la inusual construcción del circuito son abundantes, ya que los acantilados rocosos llegan hasta el borde mismo del circuito, donde hay barreras de hormigón amortiguadas con muros de neumáticos para delimitar las escarpadas pendientes hacia el valle a sus pies. La primera mitad de la vuelta está definida por una sinuosa subida por la ladera, mientras que la segunda mitad está marcada por curvas muy peraltadas que recuerdan a los mejores momentos de Laguna Seca.
La luneta trasera es una superficie totalmente de aluminio, con generadores de vórtice distintivos que crean una forma de columna vertebral para ayudar a la aerodinámica
Salimos al circuito un frío día de otoño. Aparte de unos pocos empleados que se encargan de administrar la propiedad, nadie ve el desarrollo de los acontecimientos, pero desde luego sí los oye. Nada más arrancar, el 812 Competizione alcanza sin apenas incitación sus 9500 rpm máximas.
La aceleración aumenta de forma implacable desde el ralentí hasta la zona roja y precipita el horizonte hacia conductor. Es una experiencia a la vez brutal y sublime. Brutal en su ferocidad y volumen, pero sublime en su suave ausencia de esfuerzo. Los ingredientes que generan tal experiencia pueden ser nuevos, pero la receta es un clásico simplemente actualizado para los gustos modernos.
El alerón trasero es más alto y más ancho que en el 812 Superfast, lo que aumenta la carga aerodinámica sobre el eje trasero a gran velocidad; el enfriamiento de los frenos es asistido por pinzas especiales 'Aero'
El V12 montado a 65° en la parte central se ha fusionado con técnicas y materiales modernos, como bielas de titanio y árboles de levas reequilibrados. Los carburadores de antaño han sido sustituidos por sistemas de encendido con sensores de iones que optimizan el tiempo de encendido sobre la marcha. Los tubos de escape rectos han dado paso a colectores de diseño complejo, filtros de partículas de gas y tubos de escape expuestos. El resultado es a la vez consabido y exótico, brutal y sofisticado. Nunca antes se ha alcanzado la línea roja más rápido ni con más teatralidad.
Las rectas del circuito de Palmer no son largas y a menudo ni siquiera son especialmente rectas, pero la tentación de llevar el coche hasta sus límites, especialmente al pasar por algunos de los despeñaderos cercanos con las ventanillas bajadas, es irresistible.
La única salida de escape rectangular y el difusor que se extiende por todo el ancho del coche son elementos muy distintivos en la parte trasera
Pero con solo 3,5 kilómetros de asfalto, catorce curvas que recorrer y 830 CV de potencia, la experiencia se asemeja más a lanzarse de una curva a otra, ya que el circuito serpentea y se retuerce en sus subidas y bajadas por la ladera. En esas amplias curvas y grandes zonas de frenado, el 812 Competizione confirma que es algo más que un simple soporte para un magnífico motor y mucho más que una evolución del 812 Superfast.
Como todos los modelos deportivos de Ferrari, este se ha diseñado para sobresalir en todos los desafíos que un circuito puede ofrecer. El sistema de refrigeración de los frenos está completamente actualizado y la aerodinámica —tanto en la parte superior como en la inferior de la carrocería — se ha modificado. El sistema de dirección de las ruedas traseras del 812 Superfast también se ha renovado para permitir el movimiento independiente de cada una de las cuatro ruedas, mientras que en el 812 Competizione hace su debut el sistema Side Slip Control 7.0.
La lista de retoques y modificaciones realizados por los maestros de Maranello es ciertamente considerable, pero la experiencia se mantiene invariable. Nunca habrá una recta lo suficientemente larga para disfrutar plenamente de la maestría del V12 del 812 Competizione, pero tal vez eso no sea realmente lo importante. Tal vez lo importante sea el dramatismo del momento, ya sea al sumergirse en las curvas del circuito Palmer o al cambiar las marchas en el trayecto de vuelta a casa después de una increíble jornada al volante.