La mejor carrera del mundo, como la describió Enzo Ferrari, ha vuelto a atraer este año a 400 equipos procedentes de 33 países. Y también este año se ha repetido el éxito del tributo de Ferrari a la Mille Miglia, en el que han corrido 99 coches del Cavallino. En la línea de salida había algunos clásicos que han marcado la historia de Ferrari, desde el 512 BB, hasta el Testarossa o el F40. El más antiguo era un 330 GT 2+2 de 1964.
Los modelos contemporáneos estuvieron representados en su mayoría por el 488 Pista y el 812 Superfast, aunque también corrieron un Monza SP1 y SP2 y un novísimo 812 GTS. El cambio de la carrera al otoño a causa de la COVID añadió interés al desafío, ya que a la dificultad y el atractivo del recorrido se sumaron el frío y el mal tiempo.
Nada de esto impidió a los Ferraristas aguantar madrugones y horas al volante con tal de saborear la emoción de la competición en carreteras que pusieron a prueba sus habilidades como pilotos, pero que, al mismo tiempo, les permitieron disfrutar de verdaderas joyas de la arquitectura italiana a su paso por localidades como Mantua, Ferrara, Siena, Lucca y Castell'Arquato.