Texto: Jason Barlow
El 250 GT passo corto es uno de los coches más venerados de la historia de Ferrari. Lo conducimos para averiguar por qué
Este texto breve que estás leyendo tiene dos importantes desventajas. La primera es que el coche del que hablamos, un Ferrari 250 GT passo corto (competición), con chasis n.º 2735, tiene una historia tan larga que 500 palabras no bastan para hacerle justicia.
En segundo lugar, se trata de un Ferrari V12, de hecho uno de los grandes Ferrari V12s y un modelo de carrera, por lo que tiene un sonido equivalente a Maria Callas interpretando a La Traviata en Lisboa en 1958 o a Jimi Hendrix soltando un solo en Monterey en 1967. Tú eliges. Pero asegúrate de ver este vídeo para apreciarlo.
El coche es propiedad de Clive Beecham, un hombre que se considera más un conservador que un coleccionista, y una persona con una meticulosa historia y archivos de recortes de los coches que posee. Entre estos se incluyen también el Ferrari 166 MM Barchetta de 1950 ex de Gianni Agnelli, y un magnífico Jaguar tipo D de Ecurie Ecosse que terminó segundo en las 24 Horas de Le Mans en 1957: aquí estamos hablando de historia con mayúsculas.
Así que vamos a su 250 GT passo corto. Si los colores distintivos de su librea te resultan familiares, es porque el coche fue patrocinado por Rob Walker, heredero de la empresa de whisky Johnnie Walker, y todavía lleva los colores nacionales de Escocia con sus franjas azul oscuro y blanco, que tan famosas hicieron sus aventuras en el automovilismo. Walker colaboraba estrechamente con el gran Stirling Moss, y este coche en particular fue un pedido de Walker para Moss para que lo condujera en las 24 Horas de Le Mans de 1961.
En efecto, se entregó directamente a La Sarthe desde Maranello, donde Moss y su copiloto Graham Hill llegaron en cuarta posición —un notable éxito teniendo en cuenta que Ferrari estaba haciendo campaña por el robusto prototipo deportivo 250 TRI / 61s— antes de que un aspa descarriada en el ventilador de refrigeración dañara el grupo motor.
Después de la reconstrucción del motor en Módena, David Joliffe, uno de los mecánicos de Walker, condujo el 250 GT passo corto por la noche atravesando los Alpes hasta Silverstone para participar en el British Empire Trophy un mes más tarde, donde, con la mínima preparación y en el último minuto, Moss se clasificó puntualmente en la pole y logró ganar la carrera.
Siguieron más victorias para el dúo en Goodwood TT, Nassau TT, y el Peco Trophy en Brands Hatch. Acortando el chasis del 250 GT, incrementando su potencia y fabricando una preciosa carrocería de aluminio, Ferrari demostró una vez más el innato potencial competitivo de su ingeniería. Como automóvil de carretera, 250 GT passo corto estaba hecho de otra pasta.
El chasis 2735GT disfrutó de nuevas aventuras, como esconder a una modelo internacional en el maletero para pasarla por la frontera italiana; ser remodelado por Piero Drogo; y sufrir un desagradable accidente a finales de 1960. Completamente restaurado y certificado por Classiche, Clive Beecham ha sido el propietario del coche desde 1984, y ha demostrado ser el guardián perfecto para esta pieza tan importante de la historia de Ferrari.
No solo porque entiende su histórica procedencia, sino también porque regularmente conduce y disfruta del coche. Como puedes ver aquí. Sube el volumen…