La nueva exposición instalada en la «Officina» del Museo Enzo Ferrari reúne los coches fuera de serie construidos por Ferrari y personalizados en estrecha colaboración con Gianni Agnelli. Esta colección única es un testimonio de la relación simbiótica que se desarrolló entre dos de las figuras más carismáticas y representativas del siglo XX, y que perduró más de 50 años.
«Gianni Agnelli and Ferrari. The Elegance of the Legend» es una homenaje de la Casa de Maranello a uno de sus grandes referentes —primero como cliente fiel y, después, como confidente y socio— en ocasión del centenario de su nacimiento.
Apasionado del Cavallino Rampante desde muy joven, Gianni Agnelli siempre propuso con gran amabilidad y respeto las versiones tan especiales y personalizadas que deseaba de ciertos modelos. Por su parte, Enzo Ferrari era consciente de que la influencia, el gusto y la personalidad de un cliente, a la vez muy cercano a la fábrica y acostumbrado a trabajar en proyectos exclusivos, podían traducirse en elecciones muy acertadas y clarividentes. Su estrecha relación dio lugar a una colección de coches de una belleza y encanto sin igual, que Gianni Agnelli conducía con rigurosa sobriedad.
Uno de esos coches fue el Ferrari 166 MM, que, en el Salón del automóvil de Turín de 1948, cautivó tanto a Agnelli que acuñó un nuevo término para describir sus elegantes líneas: «barchetta» (barquita), palabra que se utiliza desde entonces para describir los coches de carreras sin techo. Elegantemente personalizado en verde y azul, y también en su interior, el 166 MM fue el primer Ferrari fuera de serie para el Avvocato (el abogado) como se conocía cariñosamente a Agnelli.
El siguiente coche que se adaptó a la personalidad de este cliente tan especial fue el Ferrari 212 Inter de 1952, al que se dotó de sofisticados tonos y detalles que marcaron una nueva tendencia: el azul 456 bicolor de la "familia" se combinó con un techo blanco magnolia, mientras que los dos imponentes faros se diseñaron para disfrutar del placer de conducir a alta velocidad, incluso de noche.
La exposición continúa con el estupendo 375 America, un coupé atemporal fabricado por Ferrari, en 1955, gracias a su simbiosis creativa con Battista "Pinin" Farina. El Avvocato se quedó prendado al instante y personalizó su modelo con sofisticados detalles en el interior, entre ellos un precioso cronógrafo situado en el centro del túnel.
La ya consolidada relación entre Agnelli y Enzo Ferrari dio lugar a otra obra maestra en 1959: el Ferrari 400 Superamerica. Carrozado y equipado por Pininfarina, este ejemplar único expuesto en el MEF abrió un nuevo capítulo en el estilo de los GT de Ferrari.
En el MEF también se exhibe el 365 P Speciale de 1966, derivado del mundo de las carreras, que Pininfarina subo interpretar a la perfección con dos «prototipos» de tres plazas con asiento central para el conductor. La versión encargada por Gianni Agnelli luce una elegante librea de color plata, con una delgada franja de molduras negras que recorre la línea de cintura.
En 1984, Ferrari presentó el legendario Testarossa, un coche para el que no estaba prevista la versión descapotable. Sin embargo, dos años más tarde, el Avvocato encargó a Pininfarina una versión spider de este célebre modelo con algunos detalles muy sofisticados, como el capó del motor de nuevo diseño y los colores característicos de sus creaciones: blanco magnolia para la capota, gris Nürburgring para la librea y azul para el interior del habitáculo.
Otro icono con una línea revolucionaria que no podía faltar en la colección de Gianni Agnelli es el Ferrari F40 , que encargó, en 1989, en una versión especial, caracterizada por la tapicería negra de los asientos y el embrague electrónico Valeo.
En 2000, basándose en el estilo del 360 Spider, Agnelli volvió a encargar a Pininfarina una barchetta aún más extrema, un ejemplar único. Con una librea gris plata combinada con elegantes tonos azules, este coche fue el regalo de boda para Luca di Montezemolo, que entonces era Presidente de Ferrari.
La exposición concluye con el coche de Fórmula 1 de 2003, culminación de un extraordinario viaje tecnológico y deportivo. Fue presentado por la Scuderia el 7 de febrero de 2003 y dedicado a Gianni Agnelli, fallecido el 24 de enero. Para toda la comunidad Ferrari fue un sentido reconocimiento en memoria de un cliente y socio inolvidable, y de un elegante, discreto y decisivo compañero de viaje.