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LA GRANJA DE LOS CAMPEONES

18 febbraio 2020

Vincenzo Borgomeo

Una granja típica de Emilia Romagna: esta es la imagen que ofrece la histórica sede de Maranello a quienes se presentan ante su cancela de acceso. Enzo Ferrari la construyó así debido a las restricciones de las Segunda Guerra Mundial. Hoy, su interior alberga un centro de alta tecnología. Pero todos los Ferrari nuevos siguen atravesando ese portón por el que, en 1947, salió la primera unidad del mítico 125 S


Uno percibe cierta magia al cruzar la cancela del número 4 de la vía Abetone Inferiore de Maranello: la fábrica de Ferrari, sede histórica de la marca y, aún hoy, emblema de la casa del Cavallino Rampante, con su entrada pintada en rojo ladrillo y una larga franja de color amarillo ocre que recorre su parte inferior. Una construcción a mitad de camino entre los grandes caseríos de la llanura Padana y un edificio histórico de estilo inglés cuyo carácter rural resalta aún más porque está levantada entre viñas y frutales. Por su aspecto, es difícil imaginar que de esta antigua construcción salgan bólidos de Fórmula 1 y los superdeportivos más deseados del planeta.

Pero es precisamente este contraste el que produce la magia que, como decíamos, se percibe al entrar en Ferrari: la cancela parece más un portal espaciotemporal de Stargate que un simple elemento de seguridad para mantener alejados a los curiosos. Pero no estamos hablando de una invención del género fantástico, porque vía Abetone Inferiore 4 es exactamente lo que se ve: la antigua entrada de una granja. Pero, una vez que cruzas la cancela, entras en la fábrica más tecnológica del mundo.

Todo nace de profundas motivaciones históricas: es exactamente en esta calle donde, después de la guerra, la fábrica de Ferrari ocupó un terreno de cerca de cerca de 17.000 metros cuadrados del Fondo Cavani. Los documentos históricos cuentan que el 4 de diciembre de 1942, Enzo Ferrari recibió de la Podestà (autoridad administrativa de la época) de Maranello el permiso para adquirir y restructurar una “nave metálica” destinada a la instalación de Auto Avio Costruzioni: Scuderia Ferrari.

En realidad, la restructuración fue un simple desmantelamiento de la estructura de hierro (que debía entregarse a la patria, inmersa en la guerra) y su posterior reconstrucción, con la prohibición expresa de utilizar hormigón armado y hierro. Esta es la razón por la que Enzo Ferrari utilizó técnicas de construcción antiguas: muros de ladrillo y tejado de cerchas de madera. Un método que, obviamente, determina la forma del edificio y su extraña arquitectura: una planta irregular, con diferentes alas, muros de ladrillo enlucidos en amarillo ocre y tejado a dos aguas.

Ese es el espíritu de Ferrari. Aspecto de vieja granja de Emilia Romagna, corazón tecnológico. Y ese es exactamente el espíritu que se ha respetado y reformulado en las diferentes actualizaciones efectuadas a lo largo de los años, desde el Túnel de viento a la GES (gestión deportiva), pasando por el “Centro de desarrollo de productos”. Sí, porque, como en todas las granjas, las conexiones entre las distintas zonas (la vivienda, los establos, las caballerizas, etc.) se realizan a través de patios. Es decir, con espacios abiertos que proporcionan total visibilidad sobre la actividad de toda la estructura. Los patios de Ferrari eran, en aquella época, la única conexión entre los distintos edificios de la compañía y, por aquel entonces, permitían ver todo el trabajo que se hacía en la factoría. Igual que en una granja. Y todavía hoy sigue vivo ese espíritu de caserío.

No es casualidad que los edificios de Ferrari estén atravesados por corredores que unen horizontal o verticalmente las distintas zonas para facilitar el intercambio constante de información entre los distintos equipos funcionales del proyecto y seguir de cerca todas las fases del ciclo de los productos. Una estructura mágica que fascina e impresiona también por su exterior, formado por grandes fachadas transparentes cuya misión no es aislar sino proporcionar visibilidad sobre la actividad de su interior al resto de los edificios y que nos recuerdan que un producto tecnológico de alto nivel siempre es fruto de una colaboración incesante entre todos los sistemas que participan en su concepción y producción.

Pero hay un detalle que, por sí solo, vale más que mil palabras para entender la continuidad de imagen y estrategia: todos los Ferrari, desde el primer 125 S al Roma, han salido por la entrada de ladrillo de vía Abetone Inferiore 4, como atestigua una imagen histórica y espectacular de la época: es el año 1947 y el 125 S sale de Ferrari como un pajarillo del nido. El primer vuelo de una marca que volaría muy alto…

 

18 febbraio, 2020