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EL SECRETO DE BB

18 marzo 2020

Vincenzo Borgomeo

El Ferrari 365 GT4 BB era tan fascinante que en Maranello le pusieron como apodo el nombre de la diva más seductora de la época. Y lo incluyeron también en el nombre oficial. Aunque con un pequeño truco.


Los Ferrari, ya se sabe, tienen nombres maravillosos y poéticos escogidos desde años utilizando simplemente la cilindrada unitaria de los motores (de hecho, multiplicando el nombre del vehículo por el número de cilindros se obtenía la cilindrada, por ejemplo 275 por 12 daba como resultado 3300, y así sucesivamente). Pero hay un Ferrari que lleva grabado en la carrocería un nombre insólito. El de una diva. Hablamos del BB, bautizado con ese nombre en honor de Brigitte Bardot.

La historia es increíble y podría utilizarse como argumento para una película. Todo empezó cuando Ferrari puso en marcha el proyecto (aparentemente imposible) de encontrar un heredero para el magnífico Daytona. Pininfarina recibió unas especificaciones imposibles de cumplir: “hacer un coche que no tuviera motor delantero, sino un 12 cilindros montado en posición central. Y que fuese tan atractivo como el Daytona”.

Se trataba de pulverizar a la competencia y no es casualidad que el motor elegido para hacerlo no fuese el clásico V12, sino el 12 cilindros “plano”, es decir, el “V” de 180 grados utilizado en la Fórmula 1. Para entendernos, aquel que proporcionó tantas alegrías en el monoplaza de Niki Lauda.

Era misión imposible porque, obviamente, el nuevo modelo no podría tener ese formidable capó largo del 275 GTB o el Daytona, debía prescindir de la parte trasera recortada y, básicamente, debía decir adiós a la luna trasera, a la forma clásica del GT Coupé. Por tanto, el reto era conseguir que un superdeportivo con motor central, morro pequeño y forma de cuña fuera elegante.

Pininfarina cumplió su cometido creando un prototipo, una obra maestra, que dividía la carrocería en dos partes diferenciadas, una superior y otra inferior (por eso, el primer BB era bicolor: la parte negra servía para subrayar precisamente ese concepto), un morro muy plano y aplastado, un parabrisas envolvente y un capó en el que, por primera vez, las tomas de aire y las parrillas de refrigeración se transformaban en puros elementos de diseño.

En resumen, una obra de arte salida del genio de Leonardo Fioravanti. El prototipo era realmente bonito. Tan fascinante que Fioravanti y sus colaboradores de Maranello en la parte operativa, Angelo Bellei y Sergio Scaglietti, perdieron literalmente la cabeza por aquel Ferrari. Puro amor. Tanto que, entre ellos, lo rebautizaron como Bridgitte Bardot, BB.

La implicación emocional era fuerte, la máquina increíble, el desafío de hacer el primer coche con motor central de la historia del Cavallino... enorme. Después, ya se sabe lo que ocurre cuando hay mucho trabajo y poco tiempo, durante los trabajos de puesta a punto del prototipo, empezó a ser normal llamar al coche BB (Brigitte Bardot) en todos los departamentos de Ferrari que participaban en su desarrollo.

Y así llegamos por fin a aquel mágico Salón de Turín de 1971, donde se desveló el 365 GT4 BB. Un nombre que merece una explicación detallada: como era costumbre en Maranello, el “365” indicaba la cilindrada unitaria que, multiplicada por 12 daba como resultado 4,4 litros. “GT” eran las iniciales de Gran Turismo y el “4” indicaba el número de árboles de levas en cabeza (dos por bancada), mientras que “BB”… Jamás se había visto un Ferrari con nombre de mujer. Por tanto, las siglas se tradujeron oficialmente como “Berlinetta Boxer”, una buena solución para encubrir una historia de amor.

Una solución que, sin embargo, escondía dos falsedades y demostraba que BB significaba otra cosa, es decir, Brigitte Bardot. La primera de ellas tiene que ver con la palabra Berlinetta: normalmente, en la historia de Ferrari y otras marcas, Berlinetta se refería precisamente a modelos con motor delantero y una carrocería similar a la de un berlina. Desde luego no a un superdeportivo futurista con motor central.

La segunda “licencia poética” es Boxer: sí, porque el motor del BB no es técnicamente un Boxer, sino un V12 con un ángulo de 180 grados. La diferencia, notable desde el punto de vista mecánico, radica en el cigüeñal, que, en el Boxer, aparentemente hace funcionar los pistones uno contra otro, de ahí el nombre relacionado con el mundo del boxeo. Por otra parte, ningún Boxer podía alcanzar los altísimos regímenes de rotación que proporcionaba el 12 cilindros de Ferrari, que, no por casualidad, procedía de un motor que estaba haciendo maravillas en los Fórmula 1, el 312B.

En cualquier caso, el nuevo Ferrari, como Brigitte, fascinó al mundo. Otra coincidencia: “BB, BB, BB por que é que todo mundo olha tanto pra você?” (BB, BB, BB ¿por qué te miran tanto en todo el mundo?) cantaba Jorge Veiga. Una mirada al coche, y a la actriz, lo explicaba todo…