Si en 2003 Michael Schumacher y Ferrari tuvieron que sudar la victoria hasta la última carrera de la temporada; en 2004, el alemán y el equipo de Maranello volvieron a imponerse de forma aplastante, todavía más que en el campeonato de 2002, en el que, en el mes de julio, ya se habían hecho con el título. En esta temporada, tuvimos que esperar un poco más, pero el resultado fue el mismo: otro año récord.
Al comienzo de la temporada, Schumacher consigue cinco victorias seguidas: Australia, Malasia, Bahrein (una de las novedades del Campeonato), San Marino y España. En vísperas del GP de Mónaco, Michael tiene 50 puntos en la clasificación, 18 más que su compañero de equipo Rubens Barrichello y más del doble que su primer rival real Jenson Button, con su increíble BAR. En Mónaco la victoria se daba por descontada. Pero, en la ruleta del principado salió el número siete de Jarno Trulli y un paradójico accidente, que sacó a Schumacher de la pista con el coche de seguridad.
El ferrarista va en cabeza y alterna aceleraciones y frenadas para mantener calientes los frenos de su F2004: debajo del túnel hay un malentendido con el Williams de Juan Pablo Montoya que, para no chocar con el Ferrari, se lanza a la derecha. Schumacher, que no se dio cuenta de nada, se movió a la derecha: el impacto fue inevitable y el coche del alemán terminó chocando contra la barrera y con la suspensión delantera izquierda destrozada.
Fue tan solo un episodio puntual, ya que Michael continuó aniquilando a sus adversarios en la siguiente carrera, el GP europeo de Nurburgring del 30 de mayo. Con la victoria en el circuito de Eifel dio inicio a una serie de triunfos durante siete carreras, que terminaron con el GP de Hungría disputado el 15 de agosto. Entre ellas merece ser recordada la del GP de Francia del 4 de julio.
En Magny-Cours, los estrategas de Ferrari, confiando ciegamente en las habilidades de Michael, recurrieron a una estrategia con cuatro paradas para vencer al Renault de Fernando Alonso. Para lograr el éxito, Schumacher tenía que correr casi setenta vueltas tirando como si estuviera en la clasificación. Y el alemán, como era de esperar, realizó su cometido a la perfección, imponiéndose al rival español en casi nueve segundos y a su compañero Barrichello en más de 31.
En el Hungaroring, llega la certeza matemática de la 14ª victoria de Ferrari en el Mundial de Constructores. Para la séptima victoria de Schumacher en el Campeonato del Mundo de Pilotos (un récord al que, a día de hoy, nadie ha logrado ni siquiera aproximarse), habrá que esperar al siguiente GP, en Bélgica. El gran campeón de Kerpen va segundo, detrás del McLaren de Kimi Räikkönen, pero poco importa: el título lo tenía asegurado cinco carreras antes.
Schumacher y Barrichello —que gana en Italia y conquista el primer GP que se disputa en China— ganan 15 de las 18 carreras, dejando atrás a sus rivales y marcando nuevos récords. Michael consigue el 82% de los puntos disponibles, con una ventaja sobre Barrichello de 34 puntos y de 63 sobre Button. Ferrari domina por completo la Fórmula 1: desde 1999, gana ininterrumpidamente el Mundial de Constructores y Schumacher lleva ganados cinco mundiales consecutivos desde el año 2000. Es, con diferencia, el piloto con más éxitos de la Casa de Maranello y de toda la Fórmula 1. Una verdadera leyenda, que permanece intacta en el corazón de sus fans, incluso cuando en 2010, tras tres años retirado, se reincorporó a la Fórmula 1 corriendo para Mercedes.