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Tras las huellas de Rafael

30 settembre 2020

Enrico Dal Buono

Este verano un Ferrari F8 Spider ha rendido homenaje a una de las figuras más relevantes de la historia de la pintura siguiendo su rastro por los paisajes que le sirvieron de inspiración


Este año se celebra el quinto centenario de la muerte de Raffaello Sanzio, Rafael, uno de los pintores más grandes de la historia del arte. Atravesar hoy los paisajes del centro de Italia en coche es como sumergirse en una de las pinturas de este genio del Renacimiento. 

Suaves colinas, campos de girasoles que se mueven lentamente al ritmo de la luz, grandes retales amarillos de trigo que se extienden a lo largo de un verde tapiz ondulado: un escenario muy similar al que inspiró el paraíso que sirve de fondo a La creación de Eva, donde el Creador arranca delicadamente una costilla a Adán para dar vida a Eva.

Esta primera obra fue pintada en 1500-1502 junto con La Trinidad y los santos Sebastián y Roque para la Iglesia de la Santísima Trinidad de Città di Castello, Umbría, en cuya pinacoteca se conserva actualmente.

Raffael nació en 1483 en Urbino, región de Las Marcas. Alcanzó la categoría de magister (maestro) en Città di Castello y quedó cautivado por la obra de Leonardo en Florencia, pero, tristemente, la muerte le llegó prematuramente a los treinta y siete años en Roma. Su visión del arte de Miguel Ángel inspiraría la escuela manierista.

Viajar hoy a bordo de un Ferrari F8 Spider por los territorios de Las Marcas y Umbría donde se formó artista es como entrar en una de las pinturas de este maestro del Cinquecento.

Los modos "Wet" (mojado) o "Sport" (deportivo), junto con la opción "Bumpy road" (firme irregular), son las configuraciones más utilizadas para afrontar las subidas y bajadas de la exigente topografía que conforma el centro de la península italiana.

Urbino, reconocida como patrimonio de la humanidad por la UNESCO, fue la cuna de un humanismo que armonizó astronomía, arte y planificación urbana.

Su Palacio Ducal alberga una pintura de Rafael titulada La muda, retrato de una noble en el que la expresión melancólica del rostro y la posición de las manos enjoyadas recuerdan a La Gioconda (La Mona Lisa) de Da Vinci. Allí se encuentra también el fresco de una Virgen con niño realizado por el pintor cuando tenía solo quince años.

Lo sagrado y lo profano se dan cita también en Città di Castello, cuya pinacoteca, ubicada en el Palacio Vitelli alla Cannoniera, acogerá la exposición "El joven Rafael en Città di Castello y su visión" el próximo febrero.

El trayecto entre Urbino y Città di Castello, un recorrido de más de una hora en coche, pasa por los túneles de la antigua Vía Flaminia, una calzada romana que data del año 220 a.C.y cuyas rocas calizas pueden verse representadas en la obra de Rafael. 

La carretera que serpentea por la montaña es una invitación irresistible a jugar con el acelerador en cada curva, y la rapidez de respuesta del coche produce la sensación de estar controlando el vehículo con el poder de la mente.

Al entrar en Umbría, los bosques se vuelven más densos y agrestes, y las crestas de las colinas adoptan un tono azulado que crea una atmósfera más difuminada. Para representar este escenario, Rafael desarrolló la técnica de la perspectiva aérea, de la que fue pionero Leonardo.

Mientras recorremos los paisajes milenarios de Umbría, la sinfonía del motor V8 subraya la contemporaneidad del viaje. Ha sido configurado para producir un sonido único y poderoso que envuelve los asientos casi como una presencia física que hace el viaje más gratificante.

Siguiendo el río Tíber en dirección a Perugia, retrocedemos a 1501, año en el que Rafael comenzó a trabajar en la capital de Umbría, donde su pincel se convirtió en un objeto muy codiciado por la aristocracia de la ciudad. Allí pintó diversos retablos, entre ellos el retablo Baglioni, destinado a la iglesia de San Francesco al Prato y cuya pieza central, el Traslado de Cristo, finalizó cuando llegó a Florencia en el año 1507, al igual que la obra titulada Virgen con el Niño.

Actualmente solo queda en la ciudad el gran fresco La Trinidad y los santos, realizado para la capilla de San Severo en el monasterio camaldulense de la ciudad. 
En resumen, un legado asombroso que sin duda merece las conmemoraciones celebradas este año por el aniversario de su muerte. Y un viaje igualmente asombroso.

30 settembre, 2020