Richard Aucock
Un homenaje al piloto inglés 60 años después de su muerte
Mike Hawthorn fue el primer campeón del mundo de Fórmula Uno de Gran Bretaña. El exuberante piloto corrió con la Scuderia Ferrari casi toda su carrera. Ganó el título de campeón del mundo en 1958 e inmediatamente después anunció su retirada. Tan solo tres meses después, falleció en un trágico accidente de coche a la edad de 29 años. En 2019 se cumplen 60 años de su repentina muerte.
Hawthorn era un piloto carismático y alegre, alto, rubio, guapo, que se entregaba con la misma pasión a la diversión que a las carreras. Siempre tenía una sonrisa y el gran Juan Manuel Fangio lo describía como "un joven simpático, siempre de buen humor". También era célebre por llevar siempre una pajarita de lunares, hasta el punto que los aficionados franceses le llamaban "Le Papillon".
A Enzo Ferrari le gustaba mucho Hawthorn, lo consideraba un piloto con un talento excepcional, con mucho valor y unos reflejos extraordinarios. Comenzó a seguirlo de cerca en su primera carrera, disputada en 1952 en Goodwood: Hawthorn se hizo notar de inmediato adjudicándose la pole position y ganando la carrera, a pesar de que en la pista había pilotos del calibre de Juan Manuel Fangio. En menos de un año, la Scuderia Ferrari fichó a Hawthorn, el primer piloto no italiano en muchos años.
En su primer año con la Scuderia, Hawthorn ganó en Reims, Francia, al volante de un Ferrari 500. Se clasificó cuarto en el Mundial de Fórmula Uno; al año siguiente, terminó tercero, después de ganar el Gran Premio de España. Hawthorn dejó la Scuderia en 1954, tras la muerte de su padre, para dedicarse al negocio familiar, aunque más tarde regresó. En 1958, fue el primer británico en correr con el Ferrari 246 en el Campeonato del Mundo.
Fue la famosa temporada del doblete de Ferrari en el Gran Premio de Gran Bretaña, Hawthorn cruzó la línea de meta justo detrás de su compañero de equipo (y buen amigo) Peter Collins, que se proclamaba campeón. La Scuderia llevaba un buen récord de victorias en la carrera de Silverstone y el equipo estaba decidido a mantenerlo durante ese cálido y soleado fin de semana. Y eso fue exactamente lo que hicieron los Ferrari después de 362 km y 75 vueltas.
Hawthorn regresó memorablemente a boxes con una pinta de cerveza en la mano, confundiendo a los espectadores. Años más tarde aclaró el episodio en su autobiografía. En la curva Becketts, había visto a sus amigos bebiendo; después de toda la carrera bajo un sol abrasador, él también tenía sed. Así que, en la última vuelta, les hizo señas de que también quería un trago, que recogió en la vuelta de desaceleración. Eran otros tiempos, en los años 50…
Cuando anunció su retirada, Enzo Ferrari intentó hacer cambiarle de opinión, pero la decisión ya estaba tomada. Hawthorn se retiró siendo un célebre Campeón Mundial y el mundo de las carreras lloró su muerte en enero de 1959. Está enterrado en Farnham, su ciudad natal, y en su lápida está representado el Ferrari 246 con el que se proclamó campeón del mundo. Sesenta años después, todavía es recordado con cariño como un gran piloto de Ferrari.