Con el desfile de modelos de Ferrari que se presentaron para este gran recorrido tan especial —los coches en exhibición iban desde un par de Dinos 246 GT de 1972, un trío de Testarossas y un 512BB de 1978 hasta superdeportivos modernos que incluían un LaFerrari, cinco SF90 Spider y cuatro 812 Superfast—, lo más granado de Maranello salió realmente en masa para la edición 2024 de las 1000 Miglia Ferrari Tribute.
Afortunadamente mucho más relajado hoy en día, el evento de este año señalaba 97 años desde que tuvo lugar la Mille Miglia inaugural. Cubriendo una distancia de 2000 kilómetros (el doble de la carrera original), la actual Mille Miglia se extiende a lo largo de cinco días, lo que brinda a los participantes la oportunidad de disfrutar de sus Ferraris mientras experimentan algunas de las mejores carreteras y vistas que el norte de Italia tiene que ofrecer.
En la primera etapa del Ferrari Tribute 2024, los coches participantes partieron de Iseo en dirección a Turín. Tras las encantadoras calles adoquinadas de Bérgamo, la ruta atravesó la provincia de Novara pasando por lagos cristalinos y hermosos pueblos en lo alto de las colinas. La llegada a última hora de la tarde a la ciudad industrial de Turín marcó el final de un maravilloso primer día.
La segunda jornada del recorrido comenzó a la mañana siguiente temprano saliendo de Turín por carretera hacia la histórica ciudad toscana de Lucca. Rumbo al sur, bordeando la resplandeciente costa de Liguria, la procesión de coches se detuvo para comer frente al mar en Rapallo antes de continuar el glorioso recorrido costero hacia el sur y llegar al anochecer para la segunda pernoctación a Lucca, donde la sinfonía de motores Ferrari reverberó contra las murallas renacentistas de la ciudad, maravillosamente conservadas.
Prolongando el trayecto hacia el sur, el destino del tercer día era Roma. Con una distancia de casi 400 kilómetros de carreteras costeras y sinuosos caminos interiores, los coches del Ferrari Tribute cruzaron las hermosas ciudades costeras medievales de Rosignano Marittimo y Bibbona antes de dirigirse tierra adentro hasta el pequeño pueblo pesquero de Marta, ubicado a orillas del lago Bolsena, y después a la capital italiana a tiempo para una cabalgata de los automóviles del Ferrari Tribute en el centro de la ciudad.
La cuarta jornada, los coches arrancaron el trayecto de regreso del circuito dirigiéndose al norte desde Roma en un esprint de 400 km hasta San Lazzaro di Savena, en el límite meridional de Bolonia. Viajando por la magnífica campiña de Umbría, a través de las ciudades de Amelia, Orvieto y Passignano Sul Trasimeno, llegamos al destino final del día a las 20:15 horas, a tiempo para una merecida cena y para acostarnos temprano.
La decisión de irse pronto a la cama resultó acertada, ya que la quinta y última etapa de la gira comenzó aun antes que las demás. Tras abandonar Bolonia con la salida del sol, los coches del Ferrari Tribute se dirigieron a Brescia, «hogar» de la Mille Miglia y lugar donde los jóvenes condes Francesco Mazzotti y Aymo Maggi crearon la legendaria carrera de carretera allá por 1927. Al llegar a Brescia poco después del mediodía, un gran desfile de los coches por el gran Viale Venezia de la ciudad marcó el final del recorrido.
Cinco jornadas de conducción gloriosa a lo largo de una ruta por las mejores carreteras, los mejores paisajes y la más pura italianidad, en los mejores coches de Maranello, tanto antiguos como nuevos: la Mille Miglia de hoy puede ser considerablemente menos vertiginosa que en sus inicios pero, como forma evocadora de experimentar lo más selecto de Italia (y de Ferrari), realmente no hay nada mejor.