Ferrari logo

Última victoria de Ferrari en un F1 con motor delantero

10 marzo 2020

Richard Aucock

El famoso Ferrari 246 F1 fue el último monoplaza de la Scuderia con motor delantero


Los actuales motores de Fórmula 1 son una obra maestra de la ingeniería. Se estima que la combinación de un motor V6 turbo de combustión de 1,6 litros y un sistema híbrido avanzado podría producir más de 1000 caballos de potencia y consumir un 30 % menos de carburante que los motores de F1 a los que sustituyó. La tecnología está contribuyendo a mejorar también la eficiencia y potencia de los vehículos de carretera.
 
Ferrari fue el primer equipo de Fórmula 1 en montar un motor V6. Como en el caso de los V6 más recientes, su introducción coincidió con un cambio de la reglamentación técnica. En 1958, las normas obligaban a los F1 a correr con combustible de aviación o AvGas. Además, la capacidad del motor se limitaba a 2,5 litros. Mientras otros rivales se esforzaban por adaptar los motores existentes al nuevo reglamento, Ferrari diseñó un motor completamente nuevo cuyo nombre en clave era 155 y lo instaló en un coche que se convertiría en un emblema de la Fórmula 1: el 246 F1.

Llamado así por su ligero motor de 6 cilindros y 2,4 litros, el 246 F1 ha entrado en los libros de historia, no solo como el primer V6 de competición, sino también como el último modelo en ganar una carrera con motor delantero. El mundo de las carreras de F1 vivía una época de transición en la que los coches tadicionales con motor situado delante del conductor se estaban sustituyendo por nuevos modelos con motores montados en medio del vehículo, detrás del piloto, pero delante de las ruedas traseras. Eran conocidos como coches con motor central.
 
Ferrari estaba trabajando en su propio monoplaza con motor central. Para 1960, ya estaba compitiendo el modelo de transición 246P (la "P" venía de prototipo), que ese año participó en dos pruebas, Mónaco y el Gran Premio de Italia. Este modelo dio lugar al famoso Ferrari 156, que dio al piloto americano Phil Hill la victoria en el Campeonato Mundial de Pilotos de 1961. Pero, en 1960, toda la atención del equipo de competición de la Scuderia estaba centrada en el 246.
 
Era un coche que había proporcionado al británico Mike Hawthorn el Campeonato Mundial de Pilotos en 1958. El año siguiente fue de transición para este deporte, que redujo la temporada a nueve carreras. Aun así, otro piloto británico, Tony Brooks, consiguió hacerse con dos victorias para Ferrari, las de Francia y Alemania. El último año en que el reglamento permitió utilizar motores de 2,5 litros en F1 fue 1960. La Fórmula 1 estaba viviendo un periodo de transformación que dio lugar a una enorme diversidad tecnológica en la parrilla. En aquel momento empezaban a dominar los coches con motor central, que mostraban una velocidad claramente superior gracias a su mayor manejabilidad.

 

Sin embargo, Ferrari seguía luchando con valentía y arañando puntos gracias a la enorme potencia de su motor 155 V6. El Gran Premio de Italia de ese año se disputó en el autódromo de Monza, cerca de Milán, un circuito ultrarrápido que favorecía a los coches más potentes, algo que los Ferraris tenían de sobra. Phil Hill consiguió la pole, hizo vuelta rápida y cruzó la meta delante de los demás. Fue una auténtica exhibición, el final perfecto de la que sería la última victoria de un coche con motor delantero en la historia de la Fórmula 1.  
 
En un periodo de grandes cambios, Ferrari abrazó el futuro sin olvidar el presente. El 246 F1 siguió prestando servicio a sus pilotos con orgullo mientras se perfeccionaban los modelos con motor central del futuro. Su lugar en los libros de récords está asegurado como el campeón que dijo adiós a la era de los motores delanteros de F1 antes de que su sucesor con motor central recogiese el testigo de las victorias en Maranello. Tanto es así que, incluso hoy, los nuevos motores mantienen sus vínculos con esta leyenda de la Fórmula 1.