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Un homenaje a Italia

26 giugno 2020

Kevin M. Buckley

La poetisa británica Hannah Lowe, en medio de la crisis sanitaria que golpeaba a Italia, vertió en un poema sus sentimientos por “il bel paese”. Además, ha sido galardonada con uno de los premios de poesía más importantes de Gran Bretaña


Cuando preguntaron a Hannah Lowe si le gustaría escribir un poema para The Official Ferrari Magazine, la escritora reconoce que se quedó un poco sorprendida. “Para ser sincera, no sé mucho sobre coches, por tanto, que publiquen un poema mío en una revista sobre coches, y de Ferrari, era algo que nunca habría imaginado”, cuenta esta poetisa inglesa de 43 años. Cuando recibió la llamada, se encontraba confinada en su domicilio de Londres en plena pandemia de Covid-19. 

Hannah, que lleva escribiendo poesía desde que tenía 28 años, admite haber sentido cierta inquietud al principio.
“Acepté el encargo, aunque tengo que reconocer que pensé 'pero, ¿qué sé yo de Italia?'”, recuerda con modestia.
“Pero luego lo estuve pensando, pensé en mis propias experiencias y me gustó la idea. Me di cuenta de que, en realidad, nunca he estado realmente alejada de Italia”.

Las visitas a Sicilia y Cerdeña durante las vacaciones habían desempeñado cierto papel en su 'educación italiana', pero fue en 2012, tras ganar una plaza en un curso de escritura en Turín, cuando 'la bella Italia' empezó a calar de verdad en su subconsciente poético. El trabajo realizado para TOFM, In Italy, in Love (En Italia, con amor) iba precedido de una pequeña obra maestra de tres líneas escrita por uno de los poetas más consumados del siglo XX, Salvatore Quasimodo.

“Soy una gran admiradora de Quasimodo”, afirma Hannah, “Y decidí escribir el poema también con estrofas de tres versos en homenaje a Dante Alighieri, conocido por su afición a utilizar el terceto”. Poco después de su brillante debut en The Official Ferrari Magazine, Hannah recibió uno de los premios de poesía más representativos de Gran Bretaña, los premios anuales Cholmondeley.

Es como entrar en el Olimpo de los poetas. El premio Cholmondeley, otorgado por la Society of Authors a toda una obra más que a un poema concreto, adorna el currículo de grandes figuras de la literatura como Seamus Heaney, Derek Walcott, Vernon Scannell, Kingsley Amis, Ian Crichton-Smith y Roger McGough. Carol Ann Duffy, Poetisa Laureada del Reino Unido hasta 2019, también recibió el galardón en una anterior edición.
“Me dio la oportunidad de reflexionar sobre las muchas experiencias positivas que he tenido en el país y con italianos que viven aquí”, desde un amigo de la Universidad, Fabiano, y la que fue su compañera de piso durante mucho tiempo, Daniela, hasta sus propias excursiones al famoso Bar Italia de la calle Old Compton del Soho. “Cuando pienso en Italia pienso en moda y glamour, sí, pero sobre todo asocio Italia a la esencia del estilo —señala— y Ferrari es, por supuesto, un claro ejemplo”.

Su descripción de Italia fue intencionadamente “ligera y divertida, pero —insiste— traté de evitar caer en el tópico e introduje gran cantidad de elementos nacidos de mi propia experiencia sobre el lugar. La imagen de la gente reunida en torno a la mesa de un restaurante, por ejemplo, es un recuerdo de cuando estaba en Turín. Era exactamente así”.
De hecho, In Italy, In Love sin duda consigue captar la alegría de vivir, las emociones y la pasión que subyacen en el corazón de la cultura italiana. Rasgos que definen también la marca Ferrari.

            

                 In Italy, In Love

                                           by Hannah Lowe

In Italy, I decide to fall in love. It’s April,
        a man writes me love letters, soft entreaties
    that drift into my inbox like rose petals

    and from my fifth-floor room of the Pensione Orizzonte
I watch the river flow steady and passionate
        as my waiting heart. Each day I cross the city

            to the airy white classroom where we sit
        and learn to tell stories – which details matter,
    how to deepen character, what to keep, to cut?

At lunch, I drink espresso with my teacher
            in the smoky blue-tiled bar next door
    where an old man tells a long garrulous saga

I think he’s told a hundred times before.
        Back in my room, my love sends poems by Eugenio
    Montale: portami il girasole. He wants me, he is so sure.

I re-watch clips from Cinema Paradiso,  
    fire, film, desire, love’s comfort, love’s pain –
        I want a man, any man, below my window,

            waiting in all weathers, in torrential rain
        that makes his shirt transparent so I can see
    the shining ruby of his heart below his skin.

At night, my class eat dinner at the Café Giovanni –
        we’re strangers, but at the long table, the flow
    of Sangiovese has us laughing and weepy  

        while the waiter shaves parmigiano as though  
    conducting an orchestra. I eat ribollita,
            arancini, a spring green risotto –

    so rousing, squisito, the taste, the texture,
        I hide the bliss on my face behind a tissue.
Later, naked on the bedcovers, I wonder  

    what I am in love with, the man with his honeydew
        of words, or this city, this country?  
I watch the scene from A Room with a View

    where the English girl is finally kissed  
        on a thundery hillside in Tuscany.  
            Where else could a kiss like that exist?
        It needs wild flowers, Tuscan light, Puccini.
Oh I want to be kissed like that, to be kissed and kissed –

 

26 giugno, 2020