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23 mayMagazine, Cars

El nombre lo dice todo: el Enzo Ferrari

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El nombre lo dice todo: el Enzo Ferrari

Con un diseño único nacido de la maestría aerodinámica de la Casa de Maranello, el Enzo Ferrari con motor V12 era ligero, maravillosamente resuelto y furiosamente rápido

Texto: Jason Barlow / Vídeo: Rowan Jacobs

Las convenciones de nomenclatura de Ferrari pueden ser un poco misteriosas. Algunas dividen por diez la cilindrada del motor. Los dos primeros dígitos del nombre del F355 hacen referencia al motor y el último, al número de válvulas por cilindro. El F40 conmemoraba el 40 aniversario de Ferrari. Portofino simplemente suena glamuroso, como tantas otras cosas en italiano.




Sea testigo del poderoso Enzo Ferrari en acción en la carretera y en la pista...




Y luego está el Enzo. Cuarto superdeportivo de un linaje que incluye el GTO, el F40 y el F50, al evocar el recuerdo del fundador de la compañía suscita confianza. Bien fundada: el Enzo llegó justo cuando la Scuderia Ferrari atravesaba una fase imperial en la Fórmula 1. Aunque había tardado algún tiempo en cohesionarse, a principios del nuevo milenio el equipo llevaba una racha sin precedentes de victorias en carreras y campeonatos. Michael Schumacher, piloto principal, estaba en excelente forma.

Luca Cordero di Montezemolo, a la sazón presidente de Ferrari, alentado por todo ello, decidió forzar los límites a la hora de desarrollar el nuevo superdeportivo. «Quería llegar un poco más lejos con cada elemento para construir un coche superextremo», declaró.





El morro bajo y en forma de flecha del Enzo contribuyó a la estabilidad delantera, mientras que las puertas agregaron aún más teatro a este superdeportivo más extremo




Esto incluía integrar gran cantidad de innovaciones técnicas germinadas en la Fórmula 1. La más importante de ellas era la maestría de Ferrari en aerodinámica, una ciencia que dio forma a la estética distintiva del Enzo. Nuestra apreciación del diseño de un automóvil es principalmente subjetiva, pero los más de 20 años que han transcurrido desde el debut del Enzo no han hecho más que intensificar su impacto. De la mano del equipo de Ken Okuyama en Pininfarina, los rasgos de belleza tradicionales han sido sustituidos por un porte técnico basado en gran medida en la Fórmula 1. Es angular en lugar de voluptuoso, y la proa en forma de flecha y los complejos laterales de la carrocería están totalmente al servicio del flujo de aire y de la generación de la máxima carga aerodinámica. Sin embargo, a pesar de toda su teatralidad, esta forma se esculpió y perfeccionó en el túnel de viento para que no se necesitasen pasos de rueda de gran tamaño. El morro bajo mantenía le estabilidad en la parte delantera, mientras que, gracias al piso plano y al difusor trasero, la parte posterior del Enzo era tan inesperadamente limpia como eficiente.




De izquierda a derecha: la estructura del Enzo estaba compuesta principalmente de fibra de carbono, lo que hacía que el coche fuera increíblemente rígido; su V12 de 6,0 litros, que producía 660 CV, era el motor atmosférico más potente del mundo en aquel momento; el volante albergaba los botones de marcha atrás y el control de tracción




El habitáculo también es digno de contemplar. Las puertas incluyen parte del techo y del larguero inferior, y se arquean hacia arriba y hacia delante. Los hipercoches necesitan ese elemento escénico. Subes y te dejas caer en el asiento del conductor como lo harías en un coche de carreras. Es cómodo y minimalista, los mandos se limitan solo a lo necesario para conducir correctamente un coche de altas prestaciones.  El chasis y la estructura del Enzo están hechos en su mayoría a base de compuestos de fibra de carbono, gran parte de los cuales están expuestos y son visibles en el interior. Todo ello le confiere una inmensa rigidez estructural y a la vez ligereza, cualidades que el espacioso interior transmite a los ocupantes. El volante alberga los botones de marcha atrás y control de tracción, un ensayo general del manettino que debutaría años más tarde en el F430. También inspirada en la Fórmula 1 está la barra de luces LED sobre la rueda, que parpadea en incrementos de 500 rpm a partir de las 5500 rpm y en torno a la línea roja del motor.

Ah, el motor. El Enzo fue el primero en recibir el V12 del F140, la unidad que constituiría la base de todos los Ferraris V12 que siguieron. Aquí tenía una cilindrada de 6 litros y producía 660 CV, lo que lo convertía en el motor atmosférico más potente del mundo en aquella época. Esto se traducía en una velocidad máxima superior a los 350 km/h y un tiempo de cero a 100 km/h de 3,65 segundos. Cifras increíbles entonces y ahora pero, al contar con 12 cilindros, el Enzo era mucho más que tremendamente rápido. Con cargas ligeras del acelerador, es dócil y cortés, si no del todo educado, pero cuando aumentas el ritmo, las válvulas de derivación del escape se abren y el motor emite su vigoroso gemido operístico. 





El "aspecto" técnico del Enzo se inspira en gran medida en las innovaciones aerodinámicas desarrolladas por Ferrari para su uso en sus coches de Fórmula Uno




Schumacher participó en el desarrollo del Enzo, que fue y sigue siendo una propuesta única de venta imbatible. Sin embargo, para sacarle el máximo partido no se precisan los reflejos de un piloto de Fórmula 1. La dirección cobra vida entre las manos, el cambio de marcha es ágil (si no tanto como los vertiginosos sistemas actuales) y la intensidad al cambiar de dirección es sublime. La carga vertical, incluso en coches de carretera muy potentes, es un arte oscuro, pero en el Enzo puedes advertir sus ventajas mientras el aire atraviesa velozmente su compleja carrocería. Resulta tan estable y reconfortante cuando conduces rápido como a escandalosa velocidad.

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