Un Ferrari sin campeonato

El GTO, anunciado por Enzo Ferrari en septiembre de 1983 y presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1984, fue el automóvil que permitió a Ferrari volver a fabricar producciones en serie de pocos ejemplares (el último modelo de serie limitada fue el 365 California). El objetivo era alcanzar las 200 unidades que había que fabricar a fin de obtener la homologación para las competiciones en circuito. Sin embargo, el destino del GTO tomó otros derroteros   porque el reglamento cambió justo en ese momento y Ferrari se encontró con un coche de carreras sin campeonato donde competir.

Pero no había que preocuparse,   porque el coche había creado tal sensación en el Salón del Automóvil de Ginebra que el número de ejemplares previstos para la producción se vendió en muy poco tiempo. Al final, se superaron las 200 unidades previstas inicialmente y se fabricaron 272 ejemplares. El nombre oficial de este modelo era GTO, aunque muchos aficionados se referían a él como el 288 GTO para diferenciarlo del 250 GTO de principios de los años sesenta, del que es heredero espiritual para las carreras reservadas a los coches GT. Proyecto que, como dijimos antes, nunca se llevó a cabo.