El F50 es el Ferrari extremo de los 90 por definición, el coche que recogió el pesado testigo del F40. De hecho, al igual que este, el F50 se creó para celebrar el 50º aniversario de la marca, aunque en realidad se anticipó un poco. En su presentación, el presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, reveló que la producción se limitaría tan solo a 349 ejemplares, uno menos que la demanda prevista del mercado. Una declaración inusual y muy valiente, un verdadero desafío a la crisis del mercado del automóvil que sobrevino a principios de la década.
La estética al servicio de la aerodinámica