El 410 S marcó el retorno a los motores de 12 cilindros, muy queridos siempre por Enzo Ferrari. Sobre un chasis muy ligero, con una distancia entre ejes de 2.500 mm, se montó un V12 con doble encendido y casi 5.000 cc, alimentado por tres carburadores Weber 42DCZ/4. Un eje De Dion controlaba las ruedas traseras. Dos 410 S debutaron en los 1.000 Km de Buenos Aires, pero desgraciadamente se vieron obligados a abandonar cuando iban liderando la prueba, a causa de la rotura de un semieje. Uno de los dos prototipos se vendió entonces en Estados Unidos a John Elgar, donde cosechó numerosas victorias locales.