Cuando empezaron a organizarse carreras de sport prototipos en los circuitos de Canadá y Estados Unidos en 1966, Chinetti pidió a Ferrari que le proporcionara un vehículo adecuado para las mismas. Se eligió un chasis de la serie P3/4, sobre el que montaron un motor ligeramente más grande que el 4 litros original, y el coche llegó a las pistas durante la temporada 1967. Sin embargo, tenía una gran diferencia de cilindrada con los prototipos americanos, equipados con motores de 7 y 8 litros de elevadísimo par, por lo que se decidió construir un segundo modelo para el año siguiente.