Los Ferraris nacen para ser conducidos. Pero el nuevo Purosangue también es fantástico en la parte trasera
Como primer Ferrari de cuatro puertas en la larga historia de la Casa de Maranello, el Purosangue supone una oportunidad para ejemplificar la experiencia en el habitáculo. Se trata de un automóvil de aspecto moderno y altamente expresivo, un espectáculo visual cuyo núcleo está en lo que Ferrari denomina las «puertas de bienvenida».
Accionadas eléctricamente, se abren a un atractivo panorama interior. El Purosangue conserva un pilar B convencional, necesario para preservar su rigidez arquitectónica, pero ver en movimiento las puertas traseras de apertura inversa es un grato momento teatral.
Este es el primer interior de Ferrari que cuenta con cuatro asientos regulables de forma independiente, con respaldo calefactado y función de masaje. Hay suficiente espacio para que se sienten cuatro personas de gran estatura con envidiable comodidad. También lo había en el anterior cuatro plazas de Ferrari, el shooting break GTC4Lusso, pero aquí es más fácil entrar y salir, y la sensación de ligereza es mayor.
En el SF90, Ferrari desarrolló lo que denomina el habitáculo de doble zona. Ahora el concepto ha evolucionado para abarcar cuatro áreas distintas, cada una demarcada por el uso imaginativo de volúmenes, materiales, colores y funcionalidad. De hecho, podría decirse que el compartimento trasero es el mejor lugar para absorberlo todo.
El salpicadero consiste en dos formas fluidas que convergen en el centro con una estética diferenciada y un toque ergonómico. Delante del conductor hay una pantalla grande totalmente configurable con una HMI evolucionada (interfaz hombre-máquina). El volante está engalanado con mandos, incluidos un botón de arranque del motor «secreto hasta que se ilumina», interruptores para los limpiaparabrisas y las luces, y el famoso manettino que modifica la configuración del chasis. Lo más fascinante son las almohadillas táctiles para los pulgares en los largueros del volante, que permiten al conductor acceder a la configuración de audio y otras características del panel de instrumentos. El mantra de Ferrari es «ojos en la carretera, manos en el volante».
Sin embargo, en el Purosangue hay algunas novedades. El pasajero tiene el control absoluto del sistema infotelemático y todos los asientos del automóvil se pueden personalizar. Cada uno de ellos puede reclinarse de forma independiente. La climatización se regula a través de un controlador giratorio central que también está oculto hasta que se toca, momento en que aparece a la vista. Su funcionamiento está hábilmente amortiguado e invita a compararlo con un cronógrafo de precisión. (Atrás hay una segunda interfaz giratoria).
El túnel central también es más fácil de apreciar desde el compartimento trasero. Constituye un elemento estructural de diseño en Y que ancla las formas fluidas de toda la cabina y que lleva en un extremo la inteligente palanca de cambios metálica, un homenaje imaginativo a la configuración clásica de Ferrari.
Hasta se han rediseñado cuidadosamente los botones de los elevalunas eléctricos, el portavasos doble está hecho de vidrio y la góndola para la llave se encuentra cerca de la zona de carga de dispositivos inalámbricos. El sentido práctico es clave. Hay incluso compartimentos espaciosos para guardar objetos. Desde los asientos de la parte trasera es posible tomarse el tiempo de admirar la forma, el diseño y la textura de los acabados de las puertas. Esto es indudablemente una primicia en un Ferrari.
También lo es el énfasis en la sostenibilidad. Ferrari asegura que el 85 % del acabado interior se ha producido de manera sostenible; los materiales utilizados incluyen poliamida reciclada de redes de pesca y una nueva versión de Alcantara hecha en un 68 % de poliéster reciclado posconsumo. En lugar de alfombrilla, puede optarse por un tejido balístico antibalas que se utiliza para uniformes militares. El objetivo aquí es ofrecer una robustez acorde con el cometido más duro del automóvil y la usabilidad diaria incluso en entornos difíciles.
Existe además la posibilidad de elegir de un nuevo tejido de fibra de carbono que incorpora un hilo de cobre extremadamente fino. Como resultado, el Purosangue ofrece una sensación claramente diferente en el habitáculo, no solo para un Ferrari, sino para el mundo de la automoción. El especialista alemán Burmester suministra el sistema de audio, una configuración envolvente 3D con 21 altavoces que establece un nuevo punto de referencia en calidad y claridad de sonido. El tweeter de «cinta» hace aquí su debut en un coche, mientras que el subwoofer ocupa su propio armario cerrado para favorecer la claridad total de los graves.
Es una metáfora del propio Purosangue. Todas las frecuencias están cubiertas con una riqueza espectacular.