Un año más, algunos de los superdeportivos más codiciados del planeta se dieron cita en la Ferrari Cavalcade 2023 Roma, un viaje de cuatro días por carreteras sinuosas, paisajes impresionantes y comidas y bebidas exquisitas
Bajo un cielo azul cobalto y con una gloriosa banda sonora de estremecedores V12 y V8, los Cavallino Rampante de todo el mundo fueron llegando para participar en la Ferrari Cavalcade 2023, un programa de cuatro días que arrancó en la emblemática Villa Borghese de Roma y recorrió 1.265 km por unas rutas espectaculares.
Una auténtica celebración de la amplia y creativa cartera de modelos actuales de la marca, la ecléctica alineación de la Cavalcade incluía de todo, desde algunos ejemplares del Monza SP1 y SP2 hasta varios modelos LaFerrari, Roma y Portofino y GTC4Lusso.
El recorrido está diseñado para fusionar el mundo Ferrari con lo mejor de la arquitectura, la música, la comida y la bebida que Italia puede ofrecer. Mientras los pilotos recorrían los pueblos, las plazas y las suaves campiñas pudieron disfrutar de la compañía de cuartetos clásicos, de muchas paradas para tomar café y almuerzos con unas vistas espectaculares como telón de fondo. Todo ello, por supuesto, intercalado con controles de tiempo y marcas para premiar la precisión al volante.
El tour de este año arrancó en el Hotel Bulgari con la fase de acreditación, una sesión informativa técnica antes de la cena y una velada tranquila para retirarnos temprano. A la mañana siguiente, las lanzaderas llevaron a los participantes a Villa Borghese, donde estaba prevista la salida a las 8.30 h y en la que fueron saliendo tres coches a cada minuto.
En la ruta del primer día, de 425 km, pusieron rumbo al este desde Roma, para luego girar hacia el sur en dirección Fiuggi, para tomar un café y ver una exposición de coches. A continuación, reanudaron la marcha hacia Montecassino, donde les esperaba el almuerzo en la abadía más famosa de Italia, la Abbazia di Montecassino, enclavada en la cima de estas verdes colinas.
La quietud de la abadía dio un breve respiro al rugido de los Daytona SP3 y de los 812 Competizione Aperta llegados de Italia, Suiza, Dinamarca y Francia. Tras el control de los tiempos y marcas, nos dirigimos al impresionante Giardino di Ninfa, un oasis de calma, después regresamos a Roma a tiempo para tomar otro aperitivo en la terraza del Hotel Bulgari.
La ruta del segundo día, de 320 km, fue algo menos dura y llevó a la Cavalcade desde el norte de Roma hasta Caprarola, con un café en Villa Farnese y un almuerzo muy especial en Orvieto, en el antiguo Palazzo del Capitano del Popolo. Los pilotos tomaron un refrigerio, mientras sus 812 Superfast y F8 Spider permanecían aparcados en la plaza de la ciudad, en un majestuoso despliegue de diseño e ingeniería Ferrari.
Después del almuerzo, la excursión se dirigió a las suaves colinas de la campiña toscana, con una parada para tomar café por la tarde en Tuscania, otro control de tiempos y marcas, y el tramo final de vuelta a Roma a tiempo para cenar en la Galería de Arte Moderno de la ciudad.
La ruta del viernes puso rumbo a la región montañosa del noreste de Roma para sumergirse de lleno en la naturaleza, alejados del bullicio de las multitudes.
Tras una parada para tomar café por la mañana en Celano, nos dirigimos al Parque Nacional del Gran Sasso, con sus picos nevados y sus praderas de flores silvestres, parada para almorzar en Fonte Vetica, con un grupo de 488 Pista Spider resplandeciendo al aire libre. Después, un agradable viaje de vuelta a la ciudad para cambiarnos, tomar un cóctel y cenar en el Acquario Romano.
El cuarto día era el último, pero fue una de las rutas más atractivas del tour y, en muchos sentidos, puso un emocionante broche de oro al evento, ofreciendo curvas complicadas y la oportunidad de explorar algunas de las características de conducción y de los motores de estos coches, alejados de las carreteras públicas.
El día comenzó con la salida de todos los participantes, que realizaron un emotivo desfile por el centro histórico de Roma. Tres horas más tarde, los pilotos cambiaban completamente de panorama y llegaban a Pratica di Mare, una base aérea con un largo tramo asfaltado que resultó perfecto para realizar una prueba de aceleración y una exhibición de la potencia colectiva de la Cavalcade.
El evento concluyó esa misma noche como corresponde, con una cena de gala para todos los participantes en el Santo Spirito de Saxia. La cena brindó una excelente ocasión para revivir esta extraordinaria y emocionante aventura, comparar impresiones sobre los modelos y capturar algunos recuerdos que nos llenan de vida.