Y aunque Nux no se parece prácticamente en nada al actor que lo interpreta, resulta que tienen una cosa en común: una gran predilección por las carreras. Hoult ha pasado los últimos años ganándose sus galones de piloto con el equipo Ferrari tras haberse matriculado y graduado en la escuela de conducción Corso Pilota del fabricante de automóviles. La culminación de su formación en el mundo de las carreras llegó el pasado mes de julio, cuando Hoult participó y ganó la carrera Ferrari Challenge en Watkins Glen (Nueva York). La historia de esta ciudad en el mundo de las carreras se remonta a 1948, año en que albergó el primer Gran Premio de Watkins Glen.
«Era la primera vez que iba a Watkins», afirma Hoult. «Supongo que allí hay una rica tradición en las carreras. Obviamente, también pude salir a la pista, donde me lo pasé muy bien. Así que fue un buen fin de semana».
Puede que eso sea quedarse corto, ya que Hoult posiblemente tuvo algo más que un buen fin de semana. De hecho, subió al podio en primera posición tras completar una impresionante vuelta al circuito en 1:49.2.
Hoult lleva pilotando con Ferrari desde hace un par de años, al principio con el programa Corso Pilota y ahora participando en las Ferrari Challenge Series en un coche de carreras basado en el 296 GTB de carretera, pero al que se le ha retirado el sistema de propulsión híbrido del motor V6 biturbo para generar una enorme potencia de 700 CV. Es una máquina seria para personas que se toman en serio la conducción en circuito.
Y Hoult es una de ellas. Se apresura a explicar cómo los instructores de Ferrari le han ayudado gradualmente a aumentar el ritmo y también a mejorar sus habilidades para asegurar que se volviera cada vez más rápido. «Ahora, al pilotar el Challenge», explica, «noto que mis habilidades se están desarrollando muy bien, pero también mi confianza a la hora de entender lo que el coche necesita para sacar lo mejor de él en la pista».
A la pregunta de cómo son las carreras de coches en comparación con los rodajes con coches (el actor se implicó a fondo en las espectaculares escenas de persecución en el desierto de Mad Max: Fury Road), la respuesta de Hoult es breve. «La principal diferencia es que, con Mad Max, gran parte del tiempo había un doble que hacía las cosas por ti mientras tú ensayabas y te centrabas en tus diálogos escondido de la cámara. En cambio, cuando hago esto con Ferrari, no hay donde esconderse porque eres tú quien está al mando. Si las cosas van mal, es culpa tuya», sonríe.
No puede ser fácil mantenerse relajado en un entorno tan estresante e incómodo. Hoult asiente con la cabeza. «Es algo que me cuesta, porque obviamente la reacción natural del cuerpo en esas situaciones es tensarse. Y eso es lo peor que puedes hacer, porque ralentiza tu tiempo de reacción y tu rendimiento. Pero lo que más me gusta de las carreras es que, cuando van bien, te colocan en un estado de meditación en el que das, recibes y, obviamente, tienes que estar muy presente debido a la situación en la que te encuentras. Creo que la velocidad máxima que alcanzamos en Watkins fue de 273 kilómetros por hora. De vez en cuando pienso: «Debo estar aquí? ¿Debo hacer esto? Verdaderamente no quieres tener pensamientos intrusivos, pero está claro que justo ese no es el ideal».
Por suerte, parece que los pensamientos intrusivos brillaron por su ausencia aquel fin de semana de competición de julio. Esta primera victoria debió de saber a gloria. «Sí», sonríe Hoult. «Era la primera vez que subía a un podio y descorchaba champán, pero lo hice fatal. Vi la foto y pensé: “No he colocado bien el pulgar en el cuello de la botella. No la he descorchado bien”. Fue un vergonzoso intento de celebrarlo con la clásica botella champán. Pero quizá pueda subir a más podios y mejorar».