Texto: Jason Barlow
¿Por qué el prototipo único del Dino 206 Berlinetta Speciale es tan importante en la historia de Maranello?
La noticia de que la casa francesa Artcurial sacará a subasta el Dino Berlinetta Speciale ha suscitado un gran interés entre coleccionistas y fans. Se trata de un auténtico «unicornio» de Maranello, el prologo de un capítulo importante de la tradición Ferrari. También se cree que fue el último coche en el que trabajó Battista “Pinin” Farina, antes de su muerte en 1966.
Tiene incluso un precursor poco conocido, que nunca superó la fase de diseño: en mayo de 1965, el diseñador de Pininfarina, Aldo Bravarone, empezó a dibujar un concept para un nuevo GT compacto con motor central, cuyas líneas engloban todas las señas distintivas de esa época tan increíblemente fértil del diseño de automóviles italiano.
Es importante recordar que el Dino fue concebido originalmente con el motor situado longitudinalmente, pero Enzo Ferrari pidió al ingeniero jefe de proyecto, Angelo Bellei, que lo montara transversalmente.
El coche que saldrá a subasta en febrero en ocasión del próximo Salón Retromobile es una versión consolidada de este proyecto. El proceso de construcción debió ser muy rápido dado que, desde los primeros bocetos realizados en mayo por Bravarone, hasta su presentación en el Salón del Automóvil de París pasaron menos de seis meses. El nº de chasis: 840 procedía del SEFAC, el departamento de carreras de Ferrari. Tras una revisión de Sergio Pininfarina, el Dino fue modificado por Leonardo Fioravanti, quien redujo el parabrisas y amplió el techo.
Si comparamos los primeros bocetos de Bravarone con los del Speciale, es fascinante ver la evolución de las superficies y de la gráfica. Los diversos elementos Pininfarina introducidos a mediados de la década de los 60 establecieron el patrón para casi todos los Ferrari con motor central hasta la llegada del magnífico F355, 30 años más tarde.
La inusual terminación del Speciale con una tapa de plexiglás que cubría los cuatro faros, sigue siendo espectacular incluso después de medio siglo. Al igual que los guardabarros delanteros, mucho más voluminosos que los de los coches de serie. Los expertos de la marca creen que las tomas de aire realizadas en los laterales de la carrocería –un elemento de diseño clave de Ferrari para los años venideros– aparecieron por primera vez en el 365 California Spider, pero no salieron a la luz hasta el Salón de Génova de marzo de 1966.
El Dino Speciale también tenía una solera de puerta excepcionalmente alta, en gran parte debido al chasis, del que también había heredado un par de depósitos montados lateralmente; la configuración con volante a la derecha es otro punto de referencia al bastidor de carreras original. En el interior, los asientos son fijos pero los pedales son regulables y los instrumentos están dispuestos de forma funcional.
En la historia del Dino, meticulosamente narrada por Matthias Bartz, se dice que Enzo Ferrari no estaba especialmente prendado del Speciale –era alto y necesitaba más espacio en el interior– pero le gustó tanto el concept que dejó que continuaran con el experimento. El show car hizo una serie de apariciones en ocasión de ferias y salones, y, posteriormente, Sergio Pininfarina lo regaló a su amigo, el Barón de Lassée.
El Barón era director de varios museos de automóviles de Francia, entre ellos uno de Le Mans. Y ha sido el hogar más reciente del Speciale, que también se expuso en el stand de Pininfarina en el Salón de Ginebra de 2013, junto a la serie limitada conmemorativa Ferrari Sergio.
Sin embargo, a partir del próximo mes de febrero parece destinado a encontrar una nueva ubicación de alto perfil.