Ferrari logo

El SF90 Stradale al límite

17 dicembre 2019

Alessio Viola

Giancarlo Fisichella, antiguo piloto de F1 de la Scuderia, se llevó al nuevo y espectacular superdeportivo de Maranello a dar una "vuelta de prueba" por el circuito de Fiorano. Cualquier idea preconcebida se esfumó nada más encender el motor


El nombre SF90 Stradale encierra dos mundos que están íntimamente ligados y, sin embargo, a kilómetros de distancia: es un deliberado gesto de bienvenida al monoplaza de Formula 1 de este año, el SF90, y al mismo tiempo, un claro homenaje a la larga y gloriosa tradición de los grandes turismos de Ferrari.

¿Quién mejor, pues, para ponerlo a prueba que Giancarlo Fisichella? Después de todo, es un piloto cuya carrera presenta una dualidad similar: hace una década fue piloto oficial de los F1 de la Scuderia y, en la actualidad, conduce un 488 GTE para el equipo Spirit of Race.

Ni que decir tiene que las curvas y rectas de Fiorano proporcionaron el escenario perfecto para este encuentro entre coche y piloto. Fue una especie de dueto silencioso "interrumpido" únicamente por los ingenieros y pilotos de pruebas de Ferrari que revelaban los secretos de su última creación. Y había mucho que revelar: el SF90 Stradale sienta las bases de una nueva generación de modelos. Inaugura un cambio de paradigma que definirá el futuro de la marca, pero sin renegar de su pasado. Después de todo, las tradiciones no son algo inamovible: cambian con los tiempos y se adaptan al mundo que las rodea. Como consecuencia, lo que hoy puede parecer sacrílegamente nuevo mañana se habrá convertido en tradición.

El SF90 Stradale parece estar diseñado para confundir, fusionar y, sobre todo, redefinir unos límites que antes parecían estar grabados a fuego. Para empezar, sus 1000 CV tienen un poderoso valor simbólico, pero lo más impresionante de todo es de dónde provienen: 780 CV proceden del archipremiado motor V8 biturbo, que se ha ampliado a 4 litros para la ocasión, y 220 CV se originan en tres motores eléctricos, dos de los cuales mueven las ruedas delanteras y el tercero está acoplado entre el V8 y la caja de cambios de doble embrague y 8 velocidades.

“¡Es un cohete!”, exclamaba Fisichella al volver a boxes. A continuación, empezaba a explicar cómo le habían impresionado las prestaciones del coche al tomar las curvas y, especialmente, la respuesta increíblemente rápida del acelerador. Esto se debe, por supuesto, a los mencionados motores eléctricos, que generan potencia con una inmediatez que hará que los conductores se olviden para siempre del turbo lag.

Los motores eléctricos también son cruciales para el manejo del vehículo, algo que Giancarlo notó desde la primera curva. “Si juegas con el acelerador, sientes cómo el morro del coche prácticamente se dirige hacia el trazado que has elegido”. En otras palabras, la vectorización del par hace que la última creación de Maranello reúna lo mejor de dos mundos: la sensación de la tracción trasera combinada con la velocidad de la tracción AWD al tomar las curvas.

Mientras escuchaba la larga lista de funciones nuevas del habitáculo y exploraba la interfaz HMI (interfaz hombre-máquina), otro de los grandes cambios que se estrenan en el SF90 Stradale, Fisichella empezó a sentir curiosidad por el modo eléctrico, eDrive. Pero, en la pista, el instinto pudo más y, prácticamente al instante, desactivó el control de tracción poniendo el manettino en la posición "CT Off". El asfalto aún estaba mojado en algunos puntos, pero no fue ningún problema. De hecho, demostró con contundencia que este Ferrari conserva ese manejo suave y cómodo que es marca de la casa del Cavallino.

Esto es una prueba más, si es que era necesaria, de que el SF90 Stradale no obliga a tomar partido en un mundo que, a veces, parece dividirse entre aquellos que se aferran al pasado y aquellos que piensan diferente. El nuevo superdeportivo, por el contrario, abraza lo nuevo sin volver la espalda a la tradición. Esto es, más que ninguna otra cosa, lo que lo hace tan magnífico. 

17 dicembre, 2019