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29 mar 2021Passion

Acabados en piel

29 marzo 2021

Gordon Sorlini

Foto: Alberto Bernasconi

Los salpicaderos de Ferrari son centros de control de alta tecnología que producen una sensación única de lujo. Esto es, en parte, gracias a Poltrona Frau, cuyos artesanos los visten de cuero de primera calidad


Pasión, precisión, artesanía... estos son los “ingredientes” que, en grandes dosis, forman la esencia de cada Ferrari. Unos componentes básicos que los modelos del Cavallino comparten con sus principales proveedores, entre ellos Poltrona Frau, fabricante de mobiliario de lujo.

A pesar de que su nombre no suena a italiano, tiene unas raíces “Made in Italy” tan firmes como las de Ferrari y ambas compañías llevan años colaborando. “La colaboración nació a través de Fiat en 1986, cuando nos pidieron hacer los interiores del Lancia Thema 8.32, un modelo con motor Ferrari”, cuenta Kurt Wallner, director general de Interiors in Motion, la división de interiores para automoción de Poltrona Frau.

Este experimento transformó la empresa. El segmento de automoción se ha convertido en un pilar importante del negocio de la compañía y representa aproximadamente la mitad de sus compras de cuero. Todo él procedente exclusivamente de empresas curtidoras italianas.

El primer Ferrari con el interior fabricado por Poltrona Frau fue el F355 en 1996. Actualmente, el Cavallino Rampante es el principal cliente de la compañía en el área de automoción. Su calidad es tal que incluso los interiores de los vehículos Tailor Made de Maranello visten la piel suministrada por este fabricante.

Componentes como los asientos o los paneles de las puertas provienen de Poltrona Frau, pero, de todos ellos, quizás el más importante sea el salpicadero. Es un proceso complejo que requiere una mezcla de maquinaria sofisticada y maestranze, que en italiano hace referencia a personal altamente cualificado que realiza un auténtico trabajo de artesanía.

El primer paso del proceso es seleccionar el color del cuero que se va a utilizar. Para Ferrari, Poltrona Frau cuenta con más de 100 referencias de color, aunque los tonos más buscados son el negro, el rojo y el marrón oscuro.

Cada salpicadero está hecho con piel de un solo animal. La calidad de esta es crucial, y no solo en términos estéticos: cada piel se somete a controles para comprobar su resistencia a diferentes temperaturas, el roce, la luz y el fuego. Luego hay que eliminar las imperfecciones, un proceso en su mayor parte manual que se realiza con una precisión exquisita.

El siguiente paso se denomina “marcada”, un procedimiento avanzado basado en tecnología de láser por el que todos los patrones de las piezas que componen el salpicadero se dibujan sobre el cuero para optimizar la superficie útil de este valioso material. Una vez marcado el cuero, una máquina asistida por ordenador realiza el corte. Dado que la piel de cada animal es única, es preciso repetir el proceso de marcado y corte por cada salpicadero.

A continuación viene la fase de revestimiento o tapizado, un procedimiento sumamente sofisticado: unos robots rocían la cola sobre el lado del cuero que se va a adherir a la estructura del salpicadero. A continuación, el cuero se adhiere al salpicadero, un proceso llamado sellatura en italiano, término cuya traducción literal es “ensilladura” y refleja cómo las piezas cortadas se “asientan” en el salpicadero al igual que la silla de montar sobre un caballo.

“Este es un proceso que ninguna máquina puede hacer, ya que implica seguir las sutiles formas y curvas de un salpicadero Ferrari”, afirma Wallner. Requiere unas manos sumamente expertas para llevar a cabo esa unión casi ceremonial del cuero al salpicadero. “Para nosotros —añade Wallner—, esta parte es muy poética, es preciosa”.

El último paso del proceso es el “prensado” del cuero, en el que una máquina sella perfectamente el material adherido al salpicadero.

Otros componentes, como las rejillas de ventilación forradas de cuero, se acaban e insertan a mano, y el salpicadero completamente terminado se envía a Ferrari y se acopla a “su” coche en la línea de montaje. El proceso completo de elaboración de un salpicadero tarda hasta 24 horas.

“No hay otra marca como Ferrari en cuanto a las opciones que ofrece a sus clientes”, explica Wallner. “Es realmente increíble: no solo pueden elegir entre una amplia gama de colores preciosos para el cuero, sino que pueden mezclar diferentes tonos e incluso elegir el color del hilo de las costuras. El mundo de Maranello es muy sofisticado. No hay nada igual”.

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