Silvia Baruffaldi
El diseño del Ferrari Roma, el último GT salido de Maranello, ha pasado por muchas manos. Hemos hablado con el equipo que desarrolló su estética moderna y, al mismo tiempo, atemporal
Un coche para pilotos aficionados, un Fórmula 1 vestido de etiqueta, el paradigma de la dolce vita: fueron muchas las palabras utilizadas para describir el Ferrari Roma el diciembre pasado, cuando hizo su debut en el corazón de la Ciudad Eterna. Para entender de verdad el espíritu de este elegante Gran Turismo, necesitamos volver al lugar donde se concibió: el Centro Stile Ferrari de Maranello. Allí nos reunimos con el máximo responsable de Diseño en Ferrari, Flavio Manzoni, que definió el look del Roma en colaboración con su equipo creativo.
“Llevábamos tiempo queriendo crear turismos Ferrari de gran pureza formal. Coches elegantes y refinados, con líneas tan sobrias como fuese posible y en los que los requisitos técnicos condicionasen lo menos posible”, explica Manzoni.
El Ferrari Roma dio a la producción de Maranello un rumbo completamente nuevo caracterizado por una dicotomía muy marcada entre dos modelos importantes lanzados en 2019: por una parte coches puramente deportivos, como el SF90 Stradale, y por otra, grandes turismos de corte más clásico, representados por el Ferrari Roma. “Con ello, queríamos hacer una distinción absolutamente inequívoca. No habrá más fusiones entre ambos tipos de vehículos”, afirma Manzoni.
Mientras las lineas de los superdeportivos vienen dictadas por las necesidades de rendimiento, en el caso de los GT, la clave está en la pureza del diseño, que da como resultado una sensación de elegancia innata. Pero, como todo diseñador sabe, la simplicidad formal es, en realidad, uno de los objetivos más difíciles de alcanzar. El proceso por el que se consigue nunca es simple. “Estuvimos trabajando mucho tiempo en la forma del habitáculo para hacer el vehículo aún más esbelto, a lo que contribuye el morro afilado al estilo ‘shark nose’ (morro de tiburón) y la posición ligeramente tumbada del pilar A”, cuenta Matteo De Petris, jefe del área de Diseño avanzado.
Según Manzoni, el concepto del exterior se basa en un diseño minimalista hecho con muy pocas líneas. “Es casi una sola pincelada de la que nace un boceto pintado a base de reflejos”. Sus formas dinámicas parecen esculpidas en un solo bloque de metal.
Los faros del Ferrari Roma son otra de sus sorpresas de estilo. “Tenían que simples, modernos y minimalistas, pero debían tener el sello Ferrari”, aclara Francesco Russo, responsable del diseño de exteriores. Russo pone como ejemplo las luces traseras: “Mantuvimos la idea de los dobles faros redondos tan característicos de Ferrari, pero los convertimos en una hendidura tallada en la superficie, de modo que parecen gemas engastadas en la carrocería”.
Fabio Massari, responsable del diseño de interiores, señala: “El diseño de la cabina del Ferrari Roma (que presenta una versión de la interfaz digital del SF90 Stradale más orientada al segmento GT) solo empezó una vez concluida la arquitectura del exterior, ya que las formas deportivas determinan enormemente los espacios del interior”.
El equipo de modelado 3D también desempeñó un papel fundamental. “Hicimos una gran cantidad de trabajo virtual antes de pasar a los modelos físicos, que, a su vez, dieron lugar a nuevos retoques digitales”, explica Emanuel Salvatore, responsable del área de Modelado virtual y visualización. Salvatore Della Ventura, jefe de modelado virtual, añade: “Lo que podríamos considerar formas simples son, en realidad, las más difíciles de modelar. Trabajas con superficies amplias y tienes que poner el énfasis en las luces y los reflejos por todo el vehículo”.
Todo el equipo de diseño ha aprendido mucho del trabajo realizado con el Ferrari Roma, que es el primero de una nueva familia de Ferraris GT inspirados en la pureza de formas del legendario 250 GT y, por supuesto, del recientemente presentado Monza SP. Andrea Militello, que como responsable del diseño exterior de los modelos GT supervisó el exterior de la gama GT del año pasado, explica: “Mi trabajo es hacer evolucionar esta dinastía de vehículos, que tiene sus raíces en los años 50 y 60 del siglo pasado; aquellos GT construidos en torno a chasis y motores diseñados para competir en las 24 Horas de Le Mans y también para ser vendidos a las estrellas de Hollywood después de haber pasado por fábrica para vestirse de gala. Pero, por dentro, seguían siendo coches de carreras. Pertenecen a la misma raza, comparten el mismo espíritu”.
Todo el material fotográfico y videográfico contenido en el artículo anterior ha sido creado antes de la emergencia del Covid-19 y los decretos gubernamentales publicados al respecto