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26 jun 2018Cars

De la mula al prototipo: cómo se hacen realidad los sueños de Ferrari

26 junio 2018

Chris Rees

Los prototipos de Ferrari son todo experimentación, dedicación, emoción y éxito


Es de noche. Un objeto oscuro y de líneas angulosas surge de entre la niebla, emitiendo un sonido sobrenatural. Es tan insólito que los testigos, pasmados, lo confunden con un ovni. El artefacto en cuestión, aunque no sea de origen alienígena, es igualmente extraordinario: se trata de un prototipo de Ferrari, de pruebas por las colinas que rodean Maranello.

 

Este visitante de otros mundos constituye únicamente una de las fases del increíble ciclo de creación de cada nuevo modelo de Ferrari. Para llegar a la fase de producción, hay que pasar por una tremenda serie de etapas. Todo comienza con una idea, va avanzando a lo largo de distintas fases —siete en total— que ponen a prueba y pulen dicha idea, y solo tras años de arduo trabajo se presenta al público el coche perfeccionado.

 

Matteo Lanzavecchia, Director de Vehículos de Ferrari, nos habla de la primera etapa física: el vehículo de prueba o demo car. «Los vehículos de prueba son vehículos conceptuales que se usan para probar innovaciones, nuevos componentes y sistemas como frenos, suspensiones o ideas aerodinámicas, o incluso nuevos formatos, como los vehículos de cuatro plazas o con tracción a las cuatro ruedas. 

«Necesitamos comprobar si una nueva idea tiene lógica». Ya en esta fase, se pone al volante, literalmente, una figura clave en Ferrari: Raffaele de Simone, Jefe de Pilotos de Pruebas de Desarrollo. «La fase de prueba es la única que nos permite probar físicamente nuestros futuros avances de ingeniería», afirma. «Los demo cars son vehículos hechos un poco a trozos; no son bonitos. Por eso solemos probarlos de noche, o a solas, en el circuito».

 

Philippe Krief, Director Técnico, nos da una idea de lo estricto del proceso de prueba: «Sea lo que sea lo que estemos desarrollando, tiene que superar nuestros estrictos controles. Eso significa conducir hasta 150 000 kilómetros en carreteras con baches, probar el coche a temperaturas que van de los -20 °C a los 80 °C, ponerlo en un “sacudidor”, y muchas otras pruebas».

Tras la fase de prueba, llega el muletto («mula» en italiano), que por fuera puede parecer un modelo ya existente de Ferrari, pero por dentro ya está probando el motor y la transmisión de un modelo nuevo. El siguiente paso es el mulotipo, para el que Krief tiene su propio mote: «Yo, a esa fase, la llamo “la fase kart”. Ahí probamos el chasis, la suspensión, la dirección, los frenos, los sistemas eléctricos, la refrigeración y todo lo demás». Si seguimos avanzando, llegamos al prototipo; ahí es cuando el coche empieza de verdad a coger forma, y el aspecto tanto exterior como interior se parece más al que será su aspecto final. Lo que se prueba en esta fase son factores como la aerodinámica o la calidad de los interiores.

 

«Necesitamos probar la forma, pero no podemos dejar que el público vea el coche», explica Lanzavecchia. «Así que, cuando salimos a la carretera, disfrazamos el coche. Le echamos mucha creatividad. A veces sale en la prensa, y es muy gracioso. Por ejemplo, una vez le pusimos a un prototipo un parachoques de otro modelo, porque se nos había roto, ¡y publicaron que era una característica del nuevo diseño!». Una vez los prototipos de Ferrari demuestran que todo funciona, se fabrican coches de avanserie para poner a prueba la capacidad de producción y la cadena de suministros. Luego, en la fase de preserie, la cadena de producción de Ferrari se pone a fabricar el coche a modo de prueba. Krief explica: «Incluso en las últimas fases siempre hay cosas que pulir. Por ejemplo, con el Portofino habíamos diseñado la capota plegable para que funcionara a velocidades de hasta 20 km/h. 

En las últimas fases de prueba, nos dimos cuenta de que los pilotos, en ciudad, excedían muy fácilmente ese límite de velocidad, así que la rediseñamos para que funcionara a velocidades de hasta 40 km/h». Llama la atención que, después de 71 años, los coches de Ferrari se sigan probando, principalmente, en las colinas que rodean Maranello y en el circuito de la marca, en Fiorano. De Simone dice: «El 80 % del desarrollo se hace en Maranello, o cerca. Solo vamos a otros sitios para hacer ajustes».

 

Y continúa: «Para mí, el momento clave de las pruebas es cuando un nuevo Ferrari muestra su potencial, el carácter distintivo del modelo. Tras cientos de miles de kilómetros de pruebas por todo el mundo, el proyecto por fin pone de manifiesto lo que será el futuro Ferrari. Llevo 14 años en este trabajo, y aún me emociono cuando pasa eso. Me siento un privilegiado». La primera vez que se ve un coche nuevo del Cavallino Rampante, ya listo y sin camuflar, en la carretera es cuando se entrega el primer ejemplar a su nuevo dueño. Si este supiera lo que ha costado crearlo...

 

 

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