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25 may 2023Magazine, Races

Magnífico en Mónaco

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Magnífico en Mónaco

Ahora que se acerca el Gran Premio de Mónaco de este año, recordamos algunas de las victorias más famosas de Ferrari en la carrera más prestigiosa de la Fórmula 1

Texto: Gavin Green

Ferrari es el equipo de Fórmula 1 con más historia y éxito. Y el GP de Mónaco es la más glamurosa y famosa de las carreras de Fórmula 1. Así pues, tal vez fue una afortunada coincidencia que el 21 de mayo de 1950 la Scuderia Ferrari hiciera su debut en la Fórmula 1 en Mónaco y que Alberto Ascari pilotara su 125 S hasta quedar en segunda posición. 

Desde entonces, las victorias de Ferrari en Mónaco tienen un lugar especial en el folclore de la Fórmula 1. En total, Ferrari ha ganado la competición por las estrechas calles del principado en 9 ocasiones, incluidas tres de cinco carreras entre 1997 y 2001 (todas con Michael Schumacher). 

La victoria más reciente de la Scuderia fue en 2017, tras una actuación dominante de los coches rojos: se clasificaron 1-2, lideraron todas las vueltas y Sebastian Vettel superó a Kimi Räikkönen. Fue el tercer 1-2 de Ferrari en la carrera más prestigiosa de la Fórmula 1. 




Repasamos algunas de las actuaciones clásicas de Ferrari en la prestigiosa carrera en el vídeo de arriba




Pero examinemos con mayor detalle algunas de las victorias en Mónaco más famosas de la Scuderia. 

En el GP de Mónaco de 1955, se esperaba que dominara Mercedes-Benz. Tenía el mayor presupuesto, el coche más veloz y probablemente los dos mejores pilotos con Juan-Manuel Fangio y Stirling Moss. Después de imponerse en las temporadas de 1952 y 1953, Ferrari atravesaba una mala racha. La Scuderia solo había ganado dos carreras en 1954 y había perdido a Alberto Ascari, su mejor piloto y bicampeón mundial, que ahora corría para Lancia, su rival italiano.

La primera carrera de 1955, en Argentina, la ganó Fangio, favorito local. Ferrari estaba en un lejano segundo puesto. En Mónaco, la segunda carrera de la temporada cuatro meses después, Fangio tenía la pole. A media carrera, iba cómodamente por delante de Moss, su compañero de equipo de Mercedes. 





En la primera vuelta del GP de 1950, una inesperada ola de agua golpeó la pista en la curva de Tabac y retiró a Giuseppe Farina, Juan Manuel Fangio y otros nueve pilotos




El modesto francés Maurice Trintignant, con un Ferrari 625, se había clasificado en un distante noveno lugar y estaba muy atrás. Entonces Fangio se retiró y Moss también. Eso dejó a Ascari, ex-Ferrari, a la cabeza, antes de que su Lancia invadiera la chicane al salir del túnel y, en el accidente más espectacular de la historia de Mónaco, se estrellara contra varias balas de paja y sacos de arena y acabara en el puerto. El coche se hundió inmediatamente en una nube de vapor. El conductor, afortunadamente, nadó hacia un lugar seguro. (El pobre Ascari moriría cuatro días después al estrellarse haciendo pruebas en Monza).

Con Ascari eliminado, un sorprendido Trintignant en su poco elegante Ferrari heredó el liderato y ganó su primera carrera de Fórmula 1. (Volvería a ganar en Mónaco en 1958, su segunda y última victoria en un GP tras una trayectoria de 14 años en la Fórmula 1, sorprendentemente larga para una época tan peligrosa. Murió en 2005 con 87 años).

Ferrari no volvería a ganar en Mónaco en 20 años. Su triunfo de 1975 fue la primera victoria de Niki Lauda en una temporada cuajada de títulos y también la primera victoria para el nuevo Ferrari 312 T. Con actualizaciones, la serie 312 T lograría 27 victorias en carrera, tres campeonatos de pilotos (1975, 1977 y 1979) y cuatro títulos de constructores.





Villeneuve ya estaba haciendo una excelente temporada cuando llegó al GP de España. Su victoria en Mónaco mostró la promesa tanto del piloto como del nuevo y potente turbo Ferrari 




En aquel memorable Mónaco, Lauda lideró de principio a fin, aparte de su parada en boxes. Nunca fue desafiado seriamente.

En 1979, Jody Scheckter lideró en el principado desde la primera hasta la última vuelta, además de adjudicarse la pole position. En su memorable temporada con el 312 T4, el sudafricano aprovechó la retirada de Jacques Laffite para tomar la delantera del campeonato. Nunca volvería a perderla y ganaría el título con el histórico doblete en Monza, cuando cruzó la línea de meta en primer puesto, seguido de cerca por su compañero Gilles Villeneuve.

La victoria de Gilles Villeneuve en Mónaco en 1981 fue mucho menos asertiva y, según los exuberantes estándares del pequeño canadiense, una de sus victorias menos espectaculares. Más bien demostró la inteligencia de Villeneuve, uno de los pilotos favoritos de Enzo Ferrari, y además fue un punto de inflexión: la primera victoria de GP para un Ferrari turboalimentado.

En 1981, el turbo era un obstáculo más que una ayuda en un circuito como Mónaco. Los turbos eran poderosos pero temperamentales; eran difíciles de conducir, particularmente en circuitos estrechos y lentos como Mónaco. Por su manejabilidad extra, los grandes favoritos eran los coches dominantes con motor atmosférico Ford Cosworth.





El 2018 vio a Sebastian Vettel luchar por el primer lugar, a través del aire sucio y las frustrantes decisiones de pits de los equipos de atrás. Pudo tomar el segundo lugar con fracciones de segundo




Villeneuve partía desde un sorprendente segundo puesto en la parrilla con su nuevo Ferrari 126 CK. Cuando cayó el líder inicial Nelson Piquet, el canadiense se encontró compitiendo por el liderazgo con Alan Jones, a la sazón campeón del mundo. 

El Ferrari turbo era quizá más difícil de manejar que el Williams con motor Cosworth de Jones, pero también tenía más potencia. Villeneuve la aprovechó al máximo cuando adelantó al desventurado Jones, con problemas de presión de combustible, a cuatro vueltas para la meta. 

No fue solo la primera victoria de un Ferrari turbo: fue la primera vez que un automóvil sobrealimentado ganó en Mónaco. Al año siguiente, el 126C2 llevó a Ferrari al Campeonato Mundial de Constructores. Ferrari volvería a ganar ese título en 1983. Fue el comienzo de un periodo de seis años de dominio de los turbos en la Fórmula 1, hasta que fueron prohibidos en 1989.





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