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22 sep 2022Magazine, Cars

Sexta sinfonía de Ferrari

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Sexta sinfonía de Ferrari

Para Ferrari, el rendimiento no está solo en la aceleración y la velocidad, sino también en el sonido. Y ahora en el 296 GTS se ha elevado el techo para crear una calidad de sonido sin precedentes gracias al trabajo en equipo, la tecnología y la tenacidad

Texto: Chris Rees

En inglés hay una expresión que dice que, si un acontecimiento musical ha sido excepcional, el sonido de los intérpretes ha conseguido «elevar el techo». Pues bien, gracias al techo rígido retráctil (RHT) del nuevo Ferrari 296 GTS, ese es literalmente el caso.

Con la máxima «diversión al volante» como alma del Ferrari 296 GTB y el 296 GTS, el sonido es claramente el protagonista. Desde el momento en que se pulsa el botón de arranque hasta el éxtasis que supone experimentar el pico de revoluciones del motor, el conductor se ve transportado a nuevas dimensiones de placer auditivo.




Los especialistas de los proyectos de NVH y Sonido en Ferrari diseñan cuidadosamente los tiempos de las combustiones en el motor híbrido V6 para dar un 'tempo' al ruido




Por supuesto, detrás de toda gran actuación hay grandes intérpretes. Y al igual que las diferentes secciones de una orquesta crean juntas su obra maestra, un equipo de formidable talento está detrás de la composición de la «música» de Ferrari.

El «director de orquesta» del 296 GTB y el 296 GTS es Mirko Statini, jefe de proyecto, que explica que la experiencia la crea todo el equipo trabajando conjuntamente: «Esta actuación es el resultado de cuatro años de duro trabajo, de enérgicos análisis, de comparaciones de datos de simulación y de prueba, de la convicción de alcanzar los objetivos incluso cuando se desmentían las conjeturas».

 «Todo empieza por la arquitectura del motor», explica Antonio Palermo, responsable de proyectos de NVH y Sonido en Ferrari. «A nuestro V6 lo llamamos “piccolo V12” o “pequeño V12”. Con una "V" de 90 grados, las combustiones sonarían como un "golpe doble": bum-bum, bum-bum, bum-bum. Nuestros motores V6 y V12 se comportan más bien como un metrónomo: pum-pum-pum-pum, de modo que tienen el mismo tempo y el V6 funciona como una bancada del V12».





El equipo de Ferrari tuvo que considerar cómo diferiría el ruido del motor del 296 GTB debido al techo retráctil del 296 GTS y el flujo de aire alrededor del interior




¿Y cómo se transmite el sonido a la cabina? De eso se encarga el sistema resonador Hot Tube patentado por Ferrari. «Los motores atmosféricos tienen un sonido muy característico y queríamos que el V6 biturbo conservara las notas agudas del V12», explica Palermo. «Para ello creamos una versión completamente nueva del sistema Hot Tube que extrae el sonido lo más cerca posible de las cámaras de combustión y lo transmite a la cabina. Es como un estetoscopio, te permite experimentar el latido del corazón del motor».

Andrea Ghelfi, ingeniero superior de desarrollo de vehículos, añade: «El acabado tuvo que diseñarse especialmente teniendo en cuenta el sonido. Por ejemplo, para evitar que el sonido se concentrase en un punto, utilizamos membranas, difusores y otras técnicas que reparten el sonido por todo el habitáculo».

Palermo continúa: «El sonido del escape puede compararse al de una trompeta. En cambio, la admisión tiene tonos más duros que se ven afectados de forma más lineal por el acelerador, tanto en volumen como en calidad. Es importante escuchar todos estos instrumentos y también crucial lograr un equilibrio ideal entre ellos».





El asombroso sonido emitido por el 296 GTS está diseñado para imitar los tonos agudos de un motor V12, por lo que el V6 híbrido recibe el sobrenombre de 'piccolo V12'




Otro de los retos que plantea el RHT es que, con la capota bajada, se tiene una conexión directa con el escape externo y se oye más el sonido del exterior, aunque el equipo se esforzó por conservar la misma calidad pura del sonido.

Mantener una gran experiencia sonora con la capota abierta presenta sus propios retos. Las sacudidas de baja frecuencia y los vórtices de «ruido blanco» se han eliminado ingeniosamente mediante amplias simulaciones por ordenador y un diálogo constante con el departamento de aerodinámica.

«La física ayuda hasta cierto punto», afirma Ghelfi. «Ahí es donde entran en juego nuestro sentimiento y nuestra comprensión. Trabajamos en estrecha colaboración con nuestros colegas del departamento de Pruebas de conducción, que dirige Raffaele de Simone. A veces llega y dice: «Chicos, habéis puesto demasiado aceite en la ensalada». Así que tal vez juguemos con el sonido de la admisión calibrándolo al milímetro, o incluso a nivel submilimétrico, hasta encontrar el equilibrio adecuado tras interminables discusiones sobre matices sutiles».

Se trata de un trabajo minucioso que los equipos de NVH y Sonido, Desarrollo de vehículos y Grupo propulsor han realizado con dedicación y tenacidad para cada Cavallino Rampante. Palermo concluye: «El trabajo entre los pilotos de pruebas, Cristiano y Andrea, y nosotros, los de NVH, ha sido como un concierto sinfónico, si se me permite el juego de palabras. Esa es la grandeza de nuestro equipo».





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