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29 abr 2016Races

The Challenger

29 abril 2016

Texto Giancarlo Fisichella

Giancarlo Fisichella, dos veces ganador de Le Mans, nos da su veredicto sobre el nuevo 488 GTE


Nunca olvidaré el calor de ese día. Una humedad, casi insoportable, a pesar de la brisa del mar que soplaba a lo lejos para contrarrestarla. Y nunca olvidaré la emoción que sentí cuando, a las 9:05 de la mañana, se presentó por primera vez ante mis ojos. 

 

Era el 27 de agosto de 2015, y "él" era el 488 GTE. Estábamos en la pista de Adria, cerca de Padua, en el norte de Italia, y lo primero que pensé fue que el coche era absolutamente precioso, incluso aún sin acabar, con el carbono todavía a la vista, y sólo la parte superior pintada de rojo. Admiré sus líneas, su elegancia y su sencillez. 

Casi no podía esperar para probarlo y les dije a los mecánicos: "Vamos chicos, sigamos". Pero fue una prueba, y después de una primera vuelta para comprobar los sistemas hubo una larga parada en boxes. Me sentía como un león enjaulado.

 

Cuando el GTE 488 llegó a la sede de Risi Competizione en Florida, una semana antes de las 24 horas de Daytona, fue recibido por la lluvia. Demasiado para el estado del sol ... El riesgo de accidente sobre la superficie mojada, la posibilidad de dañar el vehículo, era demasiado alto, sobre todo porque para la carrera real se esperaba un tiempo perfecto. 

Cuando salí de boxes en Daytona, con la pista medio inundada, me dije: "Giancarlo, tómatelo con calma, no corras ningún riesgo", pero hacia el final de la primera vuelta me estaba divirtiendo muchísimo poniendo a prueba los límites, incluso en esas terribles condiciones.

El GTE 488 roza la perfección. Hay toda una serie de innovaciones: el motor turbo en particular y también la transmisión, las suspensiones, los frenos, el volante y la cabina. El coche ha mantenido, y tal vez incluso mejorado, la característica clave del modelo anterior: su manejo. El 458 Italia, especialmente en la versión GT3, cuenta con un récord que pocos pueden igualar, y todo ello gracias a la facilidad con que se puede poner al límite.

La nueva caja de cambios transversal es excepcional: cambias de primera a sexta con total suavidad, un verdadero paso adelante. El motor fue otra agradable sorpresa. A pesar del BOP desfavorable (equilibrio de rendimiento - una serie de normas establecidas, modelo por modelo, que sirven para evaluar el rendimiento del vehículo en igualdad de condiciones en la medida de lo posible), me pareció lo más reactivo que había experimentado nunca con un motor sobrealimentado. Apenas se nota el turbo-lag, señal evidente de que el trabajo realizado en carretera con el 488 GTB también ha sido beneficioso para la pista. 

Un factor que llama la atención es el sonido: hermoso, potente, a pesar de que, inevitablemente, es más tranquilo. El volante es confortable, agresivo, de tamaño pequeño para asegurar una perfecta visión del salpicadero, que, en comparación con el 458 Italia, ofrece aún más información, por lo que tienes el máximo control de todos los parámetros clave. Incluso la cabina se ha mejorado significativamente: no parece que estés en un GT, asemeja más a un monoplaza, a un prototipo. Es espléndido y creo que el 488 tiene posibilidades reales de ganar tanto en la configuración GTE como en la GT3. 

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