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06 jun 2023Magazine, Races

La heroica victoria de Ferrari en Le Mans en 1965

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La heroica victoria de Ferrari en Le Mans en 1965

Este año, un nuevo deportivo de Ferrari buscará la victoria en Le Mans. Repasamos el último triunfo global de Maranello en la carrera de coches deportivos más importante del mundo

Texto: Gavin Green

Cuando el nuevo Ferrari 499P se alinee para correr en las 24 horas de Le Mans de este año, el premio estará claro. La victoria daría a Ferrari su decimo triunfo en Le Mans, una conquista que sería especialmente emocionante en esta edición. Es el centenario de la competición automovilística más famosa del mundo, que Ferrari dominaba a principios de la década de los años 60.

Ganar sería mucho pedir para un coche completamente nuevo, el primer competidor absoluto de Ferrari para Le Mans en 50 años. Sin embargo, el 499P híbrido tratará de repetir la gloria que Ferrari alcanzó por última vez en 1965. 





Revive los mejores momentos de la heroica victoria de Ferrari en las 24 horas de Le Mans de 1965 que supuso seis victorias seguidas para la Scuderia




Fue el sexto laurel consecutivo de Ferrari en Le Mans, el séptimo de la marca en ocho años y una de las victorias más famosas de Maranello. También fue completamente inesperado frente a los nuevos Fords GT40 de gran presupuesto que competían como favoritos. 

La famosa rivalidad se convertiría en el tema de una película de Hollywood, La guerra de las 24 horas, protagonizada por Matt Damon y Christian Bale y ambientada en 1966. En realidad, este era el tercer acto de su rivalidad en Le Mans.

En el primer acto, en 1964, Ford fue ampliamente derrotado. Aquí nos ocupamos del segundo acto, que tuvo lugar en 1965. Ford regresó más fuerte y más dispuesto que nunca. Su objetivo era sencillo, pero no fácil: vencer a los eternos triunfadores Ferraris. 





La carrera marcó la primera aparición del coche más nuevo que salió de Maranello, el 330 P2 con motor V12 de cuatro litros, que se ve aquí en las pruebas




Ford invirtió mucho dinero en este esfuerzo: inscribió 11 coches, incluido el nuevo GT40 con un bestial motor de 7 litros. Entre los pilotos se encontraban el estadounidense Phil Hill (antiguo campeón del mundo con Ferrari) y el neozelandés Chris Amon (que dos años más tarde dirigiría el equipo de Fórmula 1 de Ferrari). Había cuatro GT40 de 4,7 litros —que se consideraban más fiables, aunque menos potentes, que la nueva versión de 7 litros— y cinco Fords Cobra de 4,7 litros.

Para no ser menos, 11 Ferraris se enfrentaban a los temidos Fords. Estaban los 330 P2 más recientes presentados por la factoría de Maranello (entre cuyos pilotos se encontraba el vigente campeón del mundo de Fórmula 1 de Ferrari, John Surtees), además de antiguos P1 y 250 LM presentados por varios propietarios particulares de Ferrari. 

Una destacada pareja de pilotos era la formada por Masten Gregory, experimentado piloto estadounidense de Fórmula 1 y coches deportivos, y Jochen Rindt, la prometedora estrella austriaca de Fórmula 1 (y futuro campeón del mundo). 




También en la carrera, uno de los nuevos 330 P2 Spiders defendía al campeón mundial de F1 de Ferrari, John Surtees




Se inscribieron con el North American Racing Team, patrocinado por la fábrica y dirigido por Luigi Chinetti, importador de Ferrari en Estados Unidos y primer hombre en pilotar un Ferrari hasta la victoria en Le Mans (en 1949). Sin embargo, su 250 LM era demasiado lento para imponerse a los Fords V8 de gran cilindrada y a los nuevos y más avanzados Ferraris P2 V12 de 4 litros. Como era de esperar, se clasificaron en undécima posición, a 12 segundos del Ford más rápido.

Phil Hill salió en la pole en su Ford de 7 litros, delante del Ferrari P2 de Surtees y del segundo GT40 de gran motor. Como era de esperar, el potente Ford se puso en cabeza, perseguido por el segundo Ford de 7 litros. Su ritmo era endiablado, pero también lo era su consumo de combustible. Transcurrida poco más de una hora, ambos entraron en boxes para repostar. 





El auto ganador de la carrera número 21, el 250 LM conducido por el estadounidense Masten Gregory y el piloto alemán Jochen Rindt, en la foto camino a la victoria




Ferrari tomó la delantera. En la tercera hora, los Ferraris ocupaban los cinco primeros puestos. En la séptima, todos los GT40 estaban fuera de la carrera, lastrados por una mezcla de problemas de motor y transmisión. Los 11 Ferraris seguían en la competición.

Cuando se inauguró Le Mans en 1923, sus fundadores querían carreras que pusieran a prueba, además de la velocidad, el consumo de combustible (porque cuanto más necesidad de combustible tiene el coche, más debe parar) y la fiabilidad. Y así fue en 1965. 

Pero justo cuando la Scuderia Ferrari parecía encaminarse a la victoria, los P2 empezaron a tener problemas. Ferrari siempre ha utilizado las carreras de coches para probar nuevos componentes, y en 1965 probó nuevos discos de freno con ranuras de ventilación radial (que pronto se convertirían en algo habitual en las carreras). Empezaron a venirse abajo. Los Ferraris más antiguos y lentos tomaron rápidamente la delantera. 





Antes y después: un momento tranquilo de anticipación para el italiano Giampiero Biscaldi, quien condujo un Ferrari 275 P2 en la carrera y la explosión de alegría para los ganadores absolutos Gregory y Rindt




Veinticuatro horas después del inicio de la carrera, la bandera a cuadros bajó cuando el Ferrari 250 LM del NART, pilotado por de Gregory y Rindt, completó su 348.a vuelta, cinco vueltas por delante de otro 250 LM inscrito por un propietario privado francés. El 275 GTB belga sería tercero: fue un triplete de Ferrari logrado con tres Ferraris que no eran los favoritos. 

La carrera de 1965 demostró la importancia de la fiabilidad. También demostró que Le Mans, a menudo, depara sorpresas. Fue la última victoria total de Ferrari en Le Mans durante al menos 58 años.





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