Hace sesenta y un años, la Casa de Maranello produjo el que probablemente sigue siendo uno de los Ferraris más famosos de todos los tiempos: el 250 GTO
El Ferrari 250 GTO no es tan solo un hermoso automóvil en el sentido subjetivo de la palabra, sino que es oficialmente una obra de arte: el Tribunal de Bolonia lo calificó legalmente como tal en 2019, lo que conlleva la prohibición de que ninguna otra compañía cree réplicas de esta emblemática pieza de diseño industrial de Maranello.
Apodado el «El oso hormiguero» por un capó largo y bajo que se extiende a las cubiertas aerodinámicas de los faros de plexiglás y una rejilla delantera sobresaliente, el 250 GTO era ante todo un diseño basado en su función.
Mira la historia detrás del impresionante 250 GTO, ahora uno de los autos más buscados del planeta
GTO es la abreviación de «Gran Turismo Omologata», o gran turismo homologado, un guiño al hecho de que el 250 GTO naciera por los requisitos de homologación para la categoría de automovilismo Grand Touring Car del Grupo 3 de la FIA: fue creado para vencer en la pista de carreras al AC Cobra, el Jaguar E-type y varios Aston Martins, para lo cual era clave contar con una carrocería aerodinámicamente más eficiente.
Este no era un proyecto iniciado desde cero. El predecesor del GTO era un coche con el que guardaba estrecha relación: el 250 GT «SWB» —siglas en inglés de batalla corta—, que debutó a finales de 1959 y disfrutó de un éxito importante en el automovilismo. Sin embargo, al intensificarse la competencia, Ferrari tuvo acelerar la marcha.
Presentado originalmente hace unos 61 años, el 250 GTO no tenía precedentes en términos de estilo y potencia
El motor V12 de 3 litros diseñado por Colombo estaba montado en la parte delantera y empujaba el coche a una velocidad vertiginosa de 252 km/h
Estos eran cambios relativamente sutiles, pero resultaron en un diseño más curvilíneo y una estética mucho más agradable, además de ser aerodinámicamente eficaz en la pista.
En el interior, el GTO de producción se mantuvo decididamente sin adornos, ya que era obligado ahorrar peso: los asientos deportivos son de tela, no hay alfombrilla ni revestimiento de techo, el selector de cambios expuesto de metal se convertiría en marca registrada de Ferrari y ni siquiera lleva velocímetro.
Aunque solo se produjeron 36 ejemplares del 250 GTO, seis décadas después, todos siguen existiendo y son totalmente legales en la carretera
Combinado con su potencia de 300 CV, una velocidad máxima de 282 km/h y 880 kg sin líquidos (mejoras considerables de 20 CV, 11 km/h y 60 kg sobre el 250 GT SWB), el 250 GTO fue inmediatamente competitivo y afianzó la categoría de más de 2 litros en el Campeonato Internacional de la FIA para constructores de GT durante tres años seguidos en 1962, 1963 y 1964.
Entre 1962 y 1964 solo se produjeron 36 ejemplares, todos homologados para carretera, todos todavía existentes hoy en día y todos entre los coches de coleccionismo más buscados y valiosos de la historia.
El legado del "oso hormiguero" no tiene paralelo en el mundo del automóvil; Su escasez, belleza y características de manejo han hecho que se convierta en uno de los autos más buscados, si no en el más buscado
Sin embargo, no todos los GTO son idénticos: los primeros 33 coches de la serie 1 llevaban orificios de ventilación triples en forma de D sobre la rejilla delantera y orificios gemelos tipo branquias de tiburón detrás de las ruedas delanteras, mientras que en 1964 se fabricaron tres unidades de la serie 2 en los que se eliminaron las rejillas de ventilación del morro pero se añadió una branquia detrás de las ruedas delanteras. Algunos coches de la serie 1 también se rediseñaron en la época con carrocerías de la serie 2, mientras que otros se modificaron.
Pueden ser propuestas muy diferentes, pero, al fin y al cabo, ambas son oficialmente obras de arte.