Uno de los muchos tesoros de Ferrari es su archivo. Contiene fotografías originales, libros, documentos y recuerdos.
Y cientos de miles de cartas.
Toda la correspondencia de Enzo Ferrari está archivada en carpetas, divididas por años, y cada misiva original lleva adjunta una copia de la respuesta que dio el fundador. Son cartas de clientes y fans, de famosos y personas desconocidas, de aspirantes a ingenieros y de soñadores. Y de niños. Muchos niños lo veían como un ídolo y un ejemplo.
Mira cómo se hace realidad un sueño de cuatro décadas para tres hombres que una vez escribieron cartas llenas de esperanza a Enzo Ferrari
Enzo Ferrari contestaba a todos. Aunque solo fuera un par de líneas escritas a máquina, pero firmadas con su inconfundible tinta morada. Solía satisfacer todas las peticiones que le hacían: una foto de un piloto, una pegatina con el Cavallino, un folleto del coche. Pero no siempre se podían cumplir: los niños no podían entrar en la fábrica en aquella época porque el acceso solo estaba permitido a mayores de 16 años, al igual que hoy en día.
Este verano, decidimos realizar una pequeña hazaña. Elegimos un año, el 1985, tres años antes de la muerte de Enzo Ferrari, y examinamos, una por una, las casi 2.000 cartas que estaban guardadas en unas diez carpetas. Como era de esperar, había un poco de todo, pero a nosotros nos interesaba seleccionar las cartas que los niños escribían a Enzo. Encontramos algunas de ellas y nos propusimos intentar localizar a estos niños enviándoles una copia de sus cartas y pidiéndoles que se pusieran en contacto con nosotros.
Los tres afortunados, todos todavía fervientes fanáticos de Ferrari, procedían de toda Italia y fueron invitados a la fábrica de Maranello para hablar sobre las cartas de su infancia
Naturalmente, la dirección que teníamos era de casi hace 40 años y no teníamos certeza alguna de que nuestras cartas (también en papel) recibieran respuesta.
A pesar de todo, las respuestas llegaron.
De todas esas cartas seleccionamos a tres niños, que ya son hombres: Alessandro, de Roma, David, de Trentino-Alto Adigio, y Michele, de Toscana. Nos pusimos en contacto, charlamos con ellos sobre esa pasión de cuando eran pequeños, descubrimos que seguía estando igual de viva y, al final, les preguntamos si les apetecía hacer un viaje a Maranello.
El vicepresidente de Ferrari, Piero Ferrari, fue muy feliz de hablar sobre los recuerdos del trío y hablar sobre el legado perdurable de su padre
El resultado de ese viaje es el vídeo que habéis visto. Un sueño que se hizo realidad, que se plasmó en una vuelta en un Ferrari, una visita a la fábrica, desde la línea de montaje hasta la zona de los coches de Fórmula 1 de época que está en el edificio Attività sportive GT y, finalmente, un encuentro con el vicepresidente Piero Ferrari en el taller Classiche.
Momentos muy emotivos para todos, no solo para Alessandro, David y Michele.