Hace 39 años, Ferrari escribía una de la muchas páginas que le debe la historia del automóvil y, en particular, de la Fórmula 1. Corría el 31 de mayo de 1981 y Gilles Villeneuve había ganado el Gran Premio de Montecarlo en su 126 CK tras una carrera que había superado todas las expectativas. Era el primer éxito de un motor turbo en el Principado y representó, en cierto modo, el desquite de la Scuderia después de la decepcionante temporada de 1980, en la que se suspendieron enseguida los trabajos del 312 T5 para concentrarse en el nuevo coche. Este iba a contar con una tecnología revolucionaria, el primer motor sobrealimentado de Ferrari. Se trataba de un V6 diseñado por Mauro Forghieri inspirándose en una idea de Renault que, después de años de altibajos, había comenzado a cosechar resultados impresionantes en la máxima categoría.
Esa victoria, junto con la que obtuvo en España un par de semanas más tarde, superó el ámbito del deporte y se transformó en un fenómeno social. Tenía todos los ingredientes para convertirse en portada de los periódicos: la fuerte personalidad de Villeneuve (el canadiense que había cautivado a Italia y el resto del mundo con su desprecio por el peligro y su forma de conducir siempre al límite), una revolución tecnológica y una marca legendaria como la del Cavallino Rampante. Así que a finales de agosto de 1981, Gilles, el 126 CK y el motor turbo de Ferrari conquistaron la portada de Time, el semanario americano más famoso del mundo. Era la primera vez que un piloto de carreras conseguía semejante hazaña desde Jim Clark en 1965.
Hoy, casi 40 años después, los motores turbo son el corazón de los modelos de competición de Ferrari. Es una tecnología que vuelve a estar en boga, no solo por una cuestión de moda, sino porque ofrece el mejor equilibrio entre eficiencia, consumo y rendimiento. Los coches de F1 fueron los primeros en volver a introducir la sobrealimentación en los motores; en la temporada de 2014 introdujeron los motores híbridos, 26 años después de que se prohibiesen las unidades turbo en 1989. Durante el mismo año, Ferrari volvía a ofrecer motores turbo también en sus coches de carretera con el California T, presentado en Ginebra durante la primavera de 2014.
En 2015, el motor turbo estaba de vuelta en el deportivo berlinetta V8 con el modelo 488 GTB, que sustituía al 458 Italia, un modelo con motor atmosférico. El motor V8 turbo de Ferrari impresionó tanto al jurado del premio International Engine of the Year que, en 2016, consiguió la primera de sus cuatro rotundas victorias. Los modelos 488 GTE y GT3 se introdujeron en noviembre de 2015, en las finales del Campeonato del Mundo disputadas en Mugello, 26 años después de las versiones F40 LM y GTE de 1989, que fueron los últimos Ferraris con motor turbo construidos para competiciones GT. La versión GTE del 488 debutó en las 24 Horas de Daytona en enero de 2016, mientras que el GT3 tuvo una actuación memorable en su primera carrera y se proclamó campeón de las 12 Horas de Sebring.
El 488 GTE hizo su debut en abril de 2016, en las 12 Horas de Silverstone, que abría la nueva temporada del Campeonato Mundial de Resistencia: fue un triunfo con doblete en el que Davide Rigon y Sam Bird cruzaron la línea por delante de Gianmaria Bruni, alias "Gimmi", y James Calado. La temporada 2016 acabó a lo grande con la victoria del Campeonato, un éxito que volvería a repetirse en la temporada 2017. Pero, sin duda, el mayor triunfo del 488 GTE se produjo en las 24 Horas de Le Mans de 2019, con la memorable victoria obtenida por el coche de AF Corse, pilotado por Alessandro Pier Guidi, James Calado y Daniel Serra.
Mientras, en diciembre de 2016, se presentaba el 488 Challenge en las Finales Mundiales de Daytona para participar en la 25a edición del campeonato monomarca más famoso del mundo. Pero el espectáculo no había hecho más que empezar en esta serie de competiciones monomarca, ya que Ferrari presentó una versión actualizada de este modelo, el 488 Challenge Evo, en las Finales Mundiales de Mugello en octubre de 2019.